Tuvieron a Romero a la mano… ¡y lo dejaron ir!
Lo trivial nunca aspira a ser trascendente. Siempre será nimio, accesorio, circunstancial o anecdótico. Pero todo aquello que pretende ser sustancial y acaba siendo fallido, siempre será considerado camp, el calificativo que impuso la socióloga Susan Sontag al repertorio de lo desastroso, lo...