El satélite mexicano Morelos II fue lanzado el 27 de noviembre de 1985, marcando el comienzo de una nueva etapa en la historia espacial del país. Desde su puesta en órbita a bordo del transbordador Atlantis, México consolidó su entrada al ámbito de las telecomunicaciones satelitales y la exploración tripulada, con la participación de su primer astronauta, Rodolfo Neri Vela.
Como parte de la misión STS-61B de la NASA, el Morelos II se convirtió en el segundo satélite mexicano en alcanzar el espacio, tras el lanzamiento del Morelos I en junio del mismo año. Ambos fueron gestionados por la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), con el objetivo de establecer una red nacional de telecomunicaciones que permitiera ampliar los servicios de voz, televisión y transmisión de datos a todo el país.
La misión espacial tuvo un componente simbólico y técnico relevante con la presencia de Neri Vela. Durante siete días en el espacio, el astronauta mexicano orbitó la Tierra 109 veces y colaboró en experimentos científicos. Esta participación evidenció el potencial del país para integrarse en misiones internacionales de alta complejidad tecnológica.
Ubicado en una órbita geoestacionaria, el Morelos II permitió mejorar significativamente la cobertura de servicios en zonas rurales y de difícil acceso. Su operación marcó el inicio del desarrollo de infraestructura satelital propia, lo cual sentó las bases para generaciones posteriores como los satélites Solidaridad y el sistema MexSat.
La experiencia acumulada a partir de 1985 favoreció la formación de cuadros técnicos nacionales y el fortalecimiento de capacidades operativas. Con el tiempo, ingenieros y especialistas mexicanos asumieron el control directo de los sistemas satelitales, reduciendo la dependencia tecnológica exterior y ampliando la autonomía en este campo estratégico.
El 26 de noviembre de 1985 quedó integrado el sistema de satélites mexicanos, con la puesta en órbita del Morelos II. A bordo del transbordador Atlantis de la NASA, la misión espacial 61-B tuvo una duración de siete días tras despegar de la plataforma de lanzamiento en Cabo… pic.twitter.com/FeoxnomWwD
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El impacto institucional del lanzamiento se reflejó décadas más tarde en la creación de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), constituida en 2010 y operativa desde 2013. Esta entidad impulsó políticas públicas orientadas al desarrollo científico, la formación de talento y la cooperación internacional en materia aeroespacial.
Conmemorar los 40 años del Morelos II no solo recupera un hecho histórico, sino que permite dimensionar su papel en la transformación tecnológica del país. Su legado sigue presente en los avances actuales en telecomunicaciones, en el fortalecimiento del conocimiento científico y en las aspiraciones de futuras generaciones mexicanas vinculadas al sector espacial.
El lanzamiento del Morelos II representó un momento clave en la historia aeroespacial de México. Su aniversario reafirma la relevancia de contar con infraestructura propia para garantizar servicios estratégicos, promover la innovación y preservar la soberanía tecnológica. (NotiPress)