Ópera y “filantropía”, fortalezas del gobierno de Chedraui

Ópera y “filantropía”, fortalezas del gobierno de Chedraui

Foto: Enfoque

En Puebla capital, la lógica institucional parece haberse tomado un año sabático, porque mientras el gobernador Alejandro Armenta anda bache por bache y pavimentando las calles de la "capital imparable", que constitucionalmente le corresponden al municipio, el alcalde José Chedraui ejerce la presidencia con la intensidad de quien espera que el reloj marque las tres para irse a casa.

 

Y no, no es broma, es bien sabido que el Gobierno del Estado ha rehabilitado ya más de 13 vialidades en la ciudad.

 

Ante esto, la pregunta es inevitable: ¿y dónde está el alcalde? ¿Por qué el gobernador tiene que hacer el trabajo que le corresponde al presidente municipal, que además cuenta con presupuesto etiquetado para ello?

 

De esos cuestionamientos bien valdría la pena conocer las respuestas, porque el munícipe ya se está pasando de caradura.

 

Y es que Chedraui ha encontrado su vocación en dos grandes frentes: la ópera y la “filantropía” de ocasión (léase caravana con sombrero ajeno). Hace unos días, mientras Armenta anunciaba rehabilitación de calles por lo “indignante” de su estado, Pepito se sentó en una mesa, sonrió a las cámaras y presentó, como si fuera su obra emblemática, una ópera. Sí, una ópera, de esas en las que cantan una obra de algún afamado compositor.
 

Y no, no se equivoqué, no tenemos nada contra la cultura, pero cuando las calles de la “capital imparable” parecen cráteres lunares, uno esperaría que el alcalde tuviera otras prioridades, no que anduviera haciéndose el “promotor de arte”.

 

Por si no fuera suficiente, ya hay algo que se llama “Puebla te abriga”, un programa “estrella” con el que el munícipe pide a los poblanos que donen chamarras para los más vulnerables. ¡Es para Ripley!, el alcalde no tiene voluntad para comprar cobijas y abrigos con el presupuesto municipal, así que convierte a la sociedad en su proveedor logístico para, después, pararse el cuello con los menesterosos, cual Santaclós de cuarta…

 

Un año en el cargo y la frase de cabecera de Chedraui sigue siendo la misma, “llevamos un año componiendo lo que otros hicieron mal”. Es cierto, heredó una ciudad en condiciones deplorables, pero también es cierto que ya pasaron trece meses y Puebla capital va de mal en peor. Sus excusas ya parecen disco rayado. ¡Pobrecito!

 

En trece meses se puede hacer mucho más que sentarse a ver ópera y pedir chamarras regaladas. Puebla merece un alcalde que se ocupe de las calles, no que espere a que el gobernador se las componga; un presidente municipal que ejerza el presupuesto que tiene, no que mendigue ropa usada para sacar raja política. 

 

Porque mientras unos trabajan de más, otros parecen conformarse con sentarse en una mesa a hacer nada. No cabe duda, entre ópera y chamarras regaladas transcurre la vida de la “capital imparable”.

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