El Buen Fin ya quedó atrás, pero la temporada de gastos —algunos innecesarios— apenas comienza. En México, donde la inflación sigue rondando entre 4 y 5 % anual, según proyecciones del Banco de México, muchos caen en la trampa del derroche impulsivo.
Sin embargo, hay quienes ven esta época como una oportunidad para invertir y multiplicar su capital, la clave está en elegir opciones seguras, accesibles y con rendimientos que superen la inflación, adaptadas al perfil de riesgo del interesado.
Instrumentos como CETES, pagarés bancarios, fondos de inversión, aportaciones a AFORES y bonos gubernamentales destacan como las opciones más sólidas para proteger y hacer crecer el ahorro personal. La mayoría ofrece rendimientos competitivos frente a la inflación, montos mínimos accesibles y regulación estricta por parte del sistema financiero mexicano.
Los CETES continúan siendo la alternativa favorita para perfiles conservadores, debido a su bajo riesgo al estar respaldados por el Gobierno Federal y a su disponibilidad desde 100 pesos. Con tasas estimadas entre 8.5 % y 10 % anuales netas, representan una herramienta eficaz tanto para construir un fondo de emergencia como para inversiones de corto y mediano plazo. Además, su liquidez y ausencia de comisiones los convierten en uno de los instrumentos más accesibles para pequeños y medianos ahorradores.
Otra opción popular son los pagarés bancarios, que ofrecen entre 9 y 10.5 % anual, además de contar con la protección del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) hasta por 400,000 UDIs (Unidades de Inversión). Aunque requieren montos iniciales mayores, suelen garantizar una tasa fija por el periodo contratado, lo que brinda certidumbre a los inversionistas. Para quienes buscan diversificación sin complicaciones, los fondos de inversión de deuda también ganan terreno, con rendimientos que alcanzan hasta 13.5 % en plataformas digitales como Klar y con entrada desde 100 pesos.
En materia de retiro, las AFORES siguen siendo una pieza clave del ahorro a largo plazo, especialmente cuando se hacen aportaciones voluntarias. Con rendimientos netos cercanos al 7 %, su desempeño depende de la edad del trabajador y del tipo de portafolio asignado. Aun así, siguen siendo la vía más sólida y regulada para garantizar ingresos durante la jubilación, por lo que especialistas recomiendan fortalecerlas con aportaciones periódicas.
El mercado inmobiliario sigue siendo una alternativa para quienes buscan preservar valor y obtener ingresos adicionales. La plusvalía de terrenos, viviendas o locales comerciales, así como la renta mensual, pueden generar rendimientos sólidos.
Para quienes no pueden comprar una propiedad completa, existen los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (Fibras), que permiten invertir en inmuebles desde montos pequeños y recibir ganancias por rentas y apreciación.
Finalmente, los bonos gubernamentales, como BONDES F y M-Bonos, siguen siendo instrumentos atractivos para inversionistas que buscan estabilidad y protección contra la inflación en horizontes de mediano y largo plazo. Con rendimientos que van de 8 a 9.5 % y plazos de hasta 30 años, resultan especialmente útiles para quienes desean consolidar patrimonio con bajo riesgo.
En conjunto, estas opciones ofrecen un panorama robusto para los mexicanos que buscan invertir de forma segura y rentable en este fin de año 2025.