Con ocho años de retraso, reabren parcialmente el IMSS San Alejandro

Con ocho años de retraso, reabren parcialmente el IMSS San Alejandro

Foto: Enfoque

A ocho años del devastador sismo del 19 de septiembre de 2017 que dejó graves daños estructurales en el Hospital General Regional No. 36 San Alejandro del IMSS, este icónico nosocomio ha reabierto sus puertas de manera parcial este jueves.

 

El nosocomio original, inaugurado en 1976, era un referente regional con capacidad para atender a miles de derechohabientes de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Tlaxcala, pero tras el sismo de 2017 fue demolido por daños irreparables y su reconstrucción ha sido un proceso largo y plagado de retrasos. Ahora, con su reapertura parcial, representa un avance, pero con sus “asegunes” en comparación con el pasado.

 

El nuevo San Alejandro es más moderno y eficiente, con énfasis en tecnología de vanguardia y resistencia antisísmica, pero tiene una capacidad reducida, de 415 camas a sólo 282 y se enfoca en alta resolutividad, incorporando especialidades que el original no tenía de manera tan desarrollada. 

 

Mientras el antiguo era un "gigante" con 9 niveles dedicados a urgencias y quirófanos, el nuevo prioriza servicios integrales en un diseño de dos edificios principales, con áreas como UCI neonatales y adultas, y laboratorios avanzados. 

 

El nuevo hospital ofrece servicios similares en lo básico, como urgencias y hospitalización general, pero mejorados y expandidos en áreas oncológicas y de dolor crónico, quimioterapia, clínica de cáncer de mama, neurocirugía, clínica del dolor, entre otras, con menos camas, pero mayor resolutividad para evitar traslados. 

 

Inicialmente, opera en fase de prueba con servicios limitados cómo geriatría, hemodiálisis y consultas, y se espera plena operación “en semanas”.

 

¿Recibirá los mismos pacientes?
 

Sí, en gran medida, ya que el nuevo San Alejandro está diseñado para los mismos derechohabientes del IMSS en Puebla y zona conurbada, que representan más de 2.1 millones, incluyendo pacientes transferidos directamente de hospitales saturados como La Margarita. 

 

Los primeros ingresos han sido de pacientes crónicos y de tercera edad de La Margarita, muchos de los cuales esperaban turnos o atención en pasillos por la sobrecarga. No hay cambios en el perfil, se enfoca en población asegurada, pero con integración al IMSS-Bienestar para no asegurados en algunos servicios. La diferencia es que ahora aliviará la presión en otros nosocomios, reduciendo traslados.
 

Pero lo que es una realidad es que el cierre de San Alejandro tras el sismo dejó un vacío brutal con 392 pacientes evacuados de emergencia, suspensión de servicios no esenciales y una redistribución que colapsó el sistema. 

 

Durante estos 8 años, los poblanos del IMSS sufrieron una saturación extrema en hospitales como La Margarita, quizás el más afectado, con pacientes en camillas, pasillos e incluso intubados en sillas de ruedas. Esto generó esperas de hasta meses para consultas, cirugías pospuestas y un rezago muy grande en atención.

 

Los retrasos en la reapertura fueron constantes, con al menos 8 aplazamientos desde 2017, atribuidos a burocracia, estudios de suelo, licitaciones y falta de presupuesto inicial.

 

Estos aplazamientos no sólo prolongaron el sufrimiento, con denuncias en redes de trato inhumano y muertes por demoras, sino que costaron al erario más de 1,253 millones de pesos extra.

 

Ahora, con 500 trabajadores capacitados y convocatorias abiertas, se espera que el renacer marque un antes y un después, pero el impacto de estos años de espera sigue fresco en la memoria colectiva.

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