
Una vez más, la flor de cempasúchil regresa como protagonista indiscutible de las ofrendas; sin embargo, en los últimos años, un rumor persistente ha empañado su esplendor: la supuesta "invasión" de un cempasúchil chino que, según publicaciones virales en redes sociales, estaría acaparando el mercado mexicano, desplazando variedades nativas y amenazando la tradición prehispánica.
¿Cómo podemos identificar el cempasúchil mexicano al importado desde China?
— Animal Gourmet (@animalgourmet) October 26, 2024
???? ???? La marigold, o ‘cempasúchil chino’, está desplazando a las especies nativas mexicanas de los comercios, impactando negativamente al campo mexicano y a sus productores locales. ???? pic.twitter.com/yKmemuSdF2
¿Es esto verdad o un mito alimentado por la desinformación?
Expertos y productores coinciden en que se trata mayoritariamente de un bulo que ha costado miles de pesos a familias floricultoras, pero que revela desafíos reales en la biodiversidad y la producción local.
El origen de esta controversia se remonta al menos a 2022, cuando publicaciones en redes sociales alertaban sobre flores "importadas de China" que supuestamente eran transgénicas, de menor calidad y diseñadas para marchitarse rápidamente.
Enamórate de nuestras tradiciones, compra cempasúchil NATIVO. No al cempasúchil transgénico China/India. Acaba con flora nativa de MÉXICO. pic.twitter.com/QeIlgY0z2u
— Laura Susana Chía (@suchiap) October 8, 2022
En 2023, el rumor escaló al grado de dar recomendaciones de boicotear el cempasúchil en maceta, lo que provocó a que productores de Xochimilco desecharan cosechas enteras, con pérdidas estimadas en cientos de miles de pesos.
Pero la realidad, según especialistas de la UNAM y el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, es más matizada, puesto que el llamado "cempasúchil chino" no es una importación masiva ni un producto asiático que inunde el mercado, se trata de una variedad híbrida cultivada en México con semillas importadas, principalmente de Estados Unidos o Europa, aunque su desarrollo genético tiene raíces en investigaciones chinas e indias enfocadas en usos industriales.
El cempasúchil, cuyo nombre náhuatl cempohualxochitl significa "flor de veinte pétalos", es originario de Mesoamérica, específicamente de México y Guatemala, domesticada hace al menos 3,000 años por los mexicas, y usada en rituales funerarios para guiar a las almas con su color solar y aroma penetrante, simbolizando el ciclo de la vida y la muerte.
La controversia surge porque China e India, que producen el 75 % y 20 % de la flor a nivel mundial respectivamente, la cultivan para la extracción de pigmentos en industrias alimentarias, cosmética y avícola, no para exportación ornamental a México.
Incluso, una productora en Xochimilco asegura que una planta no sobreviviría en un viaje tan largo y necesita riego hasta tres veces al día.
La variedad "chino", Tagetes erecta híbrida o "marigold", es más compacta y se vende en maceta para facilitar el transporte, pero no acapara el mercado, representa solo una fracción de la producción local, concentrada en estados como Puebla e Hidalgo.
¿Qué variedades de cempasúchil hay?
México alberga 35 de las 58 especies de Tagetes en América, muchas silvestres y registradas en el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales del SNICS. Estas no solo adornan, sino que tienen usos medicinales, cosméticos y alimenticios.
Entre las más comunes están:
Tagetes erecta (cempasúchil clásico): Grande, anaranjado, para ofrendas.
Tagetes patula (clemolito): Pequeño, multicolor (amarillo-rojo), aromático.
Tagetes lucida (pericón o anisillo): Sagrado para Tláloc, usado en cruces protectoras.
Tagetes micrantha (cinco llagas): Silvestre, medicinal.
Otras registradas incluyen Acuexcomac, Tzapingo, Chapingo y Teotihuacán, con tonos desde blanco hasta rojo intenso.
El "cempasúchil chino" es más un malentendido comercial que una amenaza real. México produce lo que necesita para sus altares, el reto es valorar lo nativo sin caer en pánicos virales.