
Este lunes podría escribirse una de las páginas más brillantes en la historia futbolística de Cabo Verde. Si la selección caboverdiana logra vencer como local a Eswatini en el estadio Nacional de Praia, se aseguraría su clasificación directa al Mundial 2026, lo que sería un hito sin precedentes para esta nación isleña.
Si logra el triunfo, Cabo Verde se convertirá en la segunda nación con menor población en lograr la clasificación a un Mundial. Hasta ahora, el récord lo tiene Islandia, que clasificó en 2018 y cuenta con una población de casi 400,000 habitantes.
Algunas fuentes estiman la población de Cabo Verde en 500,000 habitantes, y la comparación con la ciudad de Puebla, entre 1.7 y 1.8 millones de habitantes, ayuda a dimensionar lo extraordinario que sería este logro: ganar una plaza al Mundial con un país cuya población equivale a menos de un tercio de la capital poblana.
Cabo Verde llega a este partido con ventaja: lidera el Grupo D de las eliminatorias africanas rumbo al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá. En su viaje más reciente empató 3-3 frente a Libia, lo que impidió que sellara su pase de forma anticipada. Ahora, con el duelo decisivo en casa contra Eswatini, tiene en sus manos la posibilidad de hacer historia.
Para los caboverdianos, vencer a Eswatini no sería sólo un triunfo deportivo, representaría la consagración de décadas de esfuerzo, del aprovechamiento del talento de su diáspora y del fortalecimiento de un futbol que históricamente ha estado lejos de los reflectores mundiales.
Si este lunes se logra el milagro, Cabo Verde no sólo hará historia, escribirá un nuevo capítulo de inspiración para las naciones pequeñas en el escenario global del deporte.