Entre el Grito y el caldo… la cruda realidad de las fiestas patrias

Entre el Grito y el caldo… la cruda realidad de las fiestas patrias

Foto: Enfoque

El estruendo del Grito de Independencia resuena en las plazas de todo México. Las banderas ondean, los fuegos artificiales pintan el cielo y la algarabía de la noche del 15 de septiembre se apodera del ambiente. 

 

Es una celebración de orgullo, de historia y para muchos, de un exceso de brindis que, a la mañana siguiente, cobra su factura. Cuando el reloj marca las primeras horas del 16 de septiembre, el héroe de la noche anterior se transforma en un fatigado ciudadano que, con dolor de cabeza y estómago revuelto, se enfrenta a la temida resaca, o como le decimos en México, "la cruda".

 

Este fenómeno, más allá de ser una simple consecuencia, es una experiencia casi ritual, un pasaje inevitable para quien decidió honrar a la patria con más de un trago de tequila o pulque. En todo el país, la búsqueda del remedio perfecto se convierte en una misión de vital importancia. 

 

Pero ¿qué tan efectivos son los remedios populares? Y en una ciudad tan rica en tradiciones como Puebla, ¿dónde se encuentra el verdadero antídoto contra la desdicha?

 

Antes de hablar de remedios, es importante entender qué es la resaca. No es un castigo divino, sino la reacción del cuerpo a una intoxicación por alcohol. El etanol es un diurético que provoca deshidratación, disminuyendo el volumen de sangre y causando ese terrible dolor de cabeza. 

 

Además, el metabolismo del alcohol produce una sustancia tóxica llamada acetaldehído, responsable de las náuseas y el malestar general. La baja en los niveles de azúcar en la sangre y la dilatación de los vasos sanguíneos tampoco ayudan en nada.

 

Es en este estado de vulnerabilidad que surgen las soluciones caseras, muchas de las cuales, aunque forman parte de nuestra cultura, son más mito que realidad. El clásico "curar la cruda con otra copa", por ejemplo, solo logra posponer los síntomas. El alcohol de la "michelada" o la "cubana" de la mañana calma temporalmente el sistema nervioso, pero una vez que el efecto pasa, el malestar regresa con más fuerza, prolongando el ciclo de la resaca.

 

Lo mismo ocurre con la comida grasosa. Aunque la idea de una cemita de milanesa puede parecer la salvación, los expertos en nutrición no la recomiendan. Si bien la comida en general ayuda a asentar el estómago y a recuperar los niveles de azúcar, los alimentos altos en grasa pueden irritar aún más un sistema digestivo ya sensible. La ciencia, en cambio, sugiere soluciones mucho más sencillas y menos sabrosas.

 

La clave, según médicos y nutriólogos, está en la hidratación y la recuperación de nutrientes. Beber abundante aguacaldos de verdura para reponer sales y potasio, y comer alimentos ligeros como frutas (plátano para el potasio, sandía para la hidratación) o tostadas con aguacate son las opciones más sensatas. 

 

El tiempo y el descanso siguen siendo el único remedio infalible, pero en México la tradición y el ritual del "alivio" son tan importantes como el Grito mismo. Y en Puebla, esta tradición tiene un sabor muy particular.

 

Si hay una ciudad que toma en serio el ritual de curar la cruda, esa es Puebla. Aquí, la búsqueda del remedio no termina en la farmacia o en el refrigerador, sino que se convierte en una peregrinación culinaria. Al amanecer del 16 de septiembre, cuando las calles aún están en silencio, los mercados de la capital poblana comienzan a llenarse de gente en busca de un "levantamuertos".

 

Dos de los destinos más recomendados por los propios poblanos son el Mercado de La Acocota y el Mercado de Sabores. Aunque cada uno tiene su propia atmósfera, ambos comparten una cualidad casi medicinal: sus aromas a guisos humeantes y a chiles fritos actúan como una terapia de choque para los sentidos.

 

El Mercado de La Acocota, con su ambiente más tradicional y bullicioso, es conocido por sus caldos. Aquí, no es raro ver a familias enteras, jóvenes y adultos, haciendo fila en los puestos para disfrutar de un plato caliente. 

 

Los clientes aseguran que el calor del caldo, junto con el picante de la salsa, tiene un efecto casi mágico, reactivando el cuerpo y disipando las náuseas.

 

Por su parte, el Mercado de Sabores, un tanto más moderno y con una amplia variedad de opciones, también se convierte en un refugio para los resacosos. Aunque es famoso por sus cemitas y chalupas, en un día como el 16 de septiembre, la clientela busca algo más contundente para aliviar el malestar.

 

Si bien hay varias opciones para elegir, hay un platillo que se alza sobre todos como el campeón indiscutible para combatir la cruda en Puebla: el mole de panza. Este plato, una variante del popular menudo o pancita que se consume en todo el país, es la respuesta local a una necesidad universal.

 

La razón por la que este platillo es tan popular para la resaca es doble. Por un lado, la temperatura y la composición del caldo ayudan a reponer los líquidos y electrolitos perdidos durante la noche. 

 

Por otro lado, el chile picante tiene un efecto vasodilatador que puede aliviar la presión en la cabeza, mientras que las especias y los sabores intensos distraen a las papilas gustativas de la sensación de malestar. No es un plato para paladares delicados, pero para el poblano que ha honrado a la patria con exceso, es la cura definitiva.

 

Feliz 16 de septiembre, y que la cruda sea leve.

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