
El gobierno de México, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, ha propuesto elevar los aranceles a casi 1,500 productos procedentes de China y otros países asiáticos sin tratados de libre comercio, como India, Indonesia, Tailandia y Turquía.
China es el segundo mayor proveedor de México, después de Estados Unidos, representando cerca de 20 % de las importaciones totales en 2024 y lo que va del 2025, con un valor aproximado de 130,000 millones de dólares. Las importaciones crecieron 12.3 % en el primer semestre de 2024, impulsadas por el "nearshoring" y la reubicación de cadenas de suministro. Sin embargo, esto genera un déficit comercial de alrededor de 10,000 millones de dólares mensuales.
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Dentro de los sectores con mayor volumen de artículos chinos se encuentran: máquinas, aparatos y material eléctrico; teléfonos móviles, accesorios, componentes electrónicos, computadoras y electrodomésticos; partes de maquinaria industrial, autopartes, equipos de construcción y herramientas; autos, camiones, motocicletas y partes; ropa, telas, zapatos y accesorios de moda; plásticos, resinas, fertilizantes y cosméticos; así como metales y productos siderúrgicos, acero, aluminio, clavos y remolques; juguetes, muebles, papel y vidrio, entre otros.
¿Qué repercusiones tendrían estos nuevos gravámenes en el país?
Los aranceles propuestos por el gobierno mexicano a productos chinos tendrán múltiples repercusiones económicas, sociales y políticas en México, ya que son ampliamente consumidos por su bajo costo y disponibilidad.
Impacto Económico
Aumento de precios al consumidor: Los aranceles elevarán el costo de bienes importados de China, que dominan mercados como teléfonos móviles ropa y electrodomésticos. Esto podría incrementar la inflación, estimada en 4.5 % para 2025, afectando el poder adquisitivo, especialmente de clases bajas y medias que prefieren productos chinos por su precio.
Encadenamiento en cadenas de suministro: Sectores como el automotriz dependen de autopartes chinas, y aranceles más altos encarecerán la producción de autos ensamblados en México, lo que podría reducir la competitividad frente a Estados Unidos y Canadá, afectando de igual a la industria electrónica y textil.
Impulso a la industria local: Los aranceles buscan proteger 325,000 empleos en sectores como textiles, acero y calzado, donde México ha perdido terreno frente a China. Sin embargo, la capacidad de la industria mexicana para sustituir importaciones es limitada, con sólo 28 % de sustitución potencial según la Secretaría de Economía. Esto podría generar cuellos de botella si la producción local no escala rápidamente.
Ingresos fiscales: Los aranceles generarían ingresos adicionales para el gobierno, pero a costa de posibles distorsiones en el mercado y menor consumo.
Impacto en el comercio y relaciones internacionales
Tensión con China: China podría responder con medidas retaliatorias, como restricciones a exportaciones mexicanas o limitando insumos clave. En 2024, México exportó sólo 12,000 millones de dólares a China, frente a 130,000 millones en importaciones, lo que limita la capacidad de negociación.
Presión de Estados Unidos: Los aranceles responden parcialmente a demandas de la Unión Americana, para frenar la entrada de productos chinos al mercado norteamericano vía México, pero podría complicar su posición como hub de nearshoring, ya que empresas chinas, como la automotriz BYD, han invertido en México para acceder al T-MEC.
Efecto en el nearshoring: El aumento de costos podría desincentivar a empresas extranjeras que dependen de insumos chinos baratos, aunque podría atraer inversión en manufactura local si se implementan incentivos fiscales.
Impacto Social
Pérdida de acceso a bienes baratos: La preferencia de los mexicanos por productos chinos, en plataformas como Shein, Temu y AliExpress, se debe a su bajo costo. Los aranceles encarecerán estos bienes, afectando a consumidores de bajos ingresos y al comercio electrónico, que creció 33 % en envíos de contenedores desde China en 2024.
Desigualdad regional: Regiones industriales podrían beneficiarse si se reactiva la producción local, pero zonas urbanas y rurales, donde los bienes chinos son esenciales, sufrirán mayores costos de vida.
Percepción pública: La medida podría generar descontento si los precios suben sin mejoras claras en empleo o calidad de productos locales, especialmente en un contexto de alta inflación.
Riesgos y Limitaciones
Inflación y menor consumo: El encarecimiento de bienes de consumo masivo podría reducir el gasto, afectando el crecimiento del PIB.
Dependencia de importaciones: México carece de capacidad inmediata para sustituir importaciones chinas en sectores como electrónicos y maquinaria, lo que podría generar escasez o retrasos en producción.
Competitividad global: Elevar costos en sectores clave podría debilitar la posición de México frente a competidores como Vietnam o India, que también aprovechan el nearshoring.
Evasión fiscal: Empresas podrían triangular productos chinos a través de países con tratados para evitar aranceles, reduciendo el impacto esperado de la medida.
Los aranceles tendrán un impacto mixto, protegerán empleos y generarán ingresos fiscales, pero a costa de inflación, encarecimiento de bienes y riesgos en cadenas de suministro.
La preferencia por productos chinos, impulsada por su accesibilidad, se verá afectada, lo que podría generar descontento social si no se gestiona con políticas complementarias. El éxito dependerá de la capacidad de México para escalar su industria interna y diversificar socios comerciales, mientras se equilibra la relación con China y las presiones de EU en el marco del T-MEC.