
La explosión de una pipa de gas LP en Iztapalapa, resalta los riesgos inherentes al transporte de combustibles en zonas urbanas densas y el cumplimiento de las regulaciones aplicables de acuerdo a las normativas federales vigentes.
En México, el transporte de combustibles como gas LP, gasolina o diésel está regulado principalmente por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente, bajo la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal y normas oficiales mexicanas (NOM).
???? Así fue el desgarrador momento en el que una pipa de gas explotó en el Puente de la Concordia, en #Iztapalapa, CDMX.
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) September 10, 2025
Hasta el momento, se reportan 57 heridos, 19 de gravedad. pic.twitter.com/6n4q03H5Wp
Estas buscan minimizar riesgos de fugas, explosiones o derrames mediante estándares de diseño, operación y mantenimiento. Las pipas deben cumplir con requisitos estrictos para operar en carreteras federales y urbanas.
La norma NOM-012-SCT-2-2017 establece límites de peso y dimensiones para evitar volcaduras, como la ocurrida en Iztapalapa. Las pipas no deben exceder 48.5 toneladas en ejes dobles, y deben tener sistemas de frenos antideslizantes ABS.
La norma NOM-068-SCT-2-2014, específica para pipas de combustibles, considerados materiales peligrosos Clase 3 inflamables, el uso de tanques de acero o aluminio certificados, con válvulas de alivio de presión y sistemas anti-derrame. Señalización obligatoria, placas de diamante naranja con "3" para inflamables, luces reflectantes y letreros "Peligro: Gas LP".
Es obligatoria la capacitación de conductores con un mínimo de 16 horas de entrenamiento en manejo de emergencias, con licencia federal tipo E, para materiales peligrosos. Registro en el Padrón de Transportistas de Materiales Peligrosos y bitácora de ruta aprobada por la SICT.
La norma NOM-001-SESH-2012 y NOM-004-SEDUE-2001, aunque enfocadas en almacenamiento, se aplican a pipas para garantizar que los tanques resistan presiones de hasta 250 psi y tengan inspecciones hidrostáticas cada 5 años.
Es obligatorio contar con póliza por daños a terceros, mínimo de 1 millón de pesos, tienen prohibido circular en horas pico urbanas o zonas de alto riesgo sin autorización y monitoreo GPS obligatorio desde 2020.
Las empresas deben contar con manuales de seguridad y planes de contingencia ante fugas o accidentes, estas regulaciones se actualizan periódicamente; por ejemplo, en 2023, la SICT reforzó requisitos de telemetría para rastreo en tiempo real tras accidentes previos.
¿Son realmente efectivas estas regulaciones?
Aunque las normas son rigurosas en papel, su efectividad es limitada por fallas en la implementación y supervisión, como evidencian múltiples incidentes. Según la SICT, han reducido accidentes fatales en 15 % desde 2015, gracias a mejores diseños de tanques que evitan explosiones totales, limitando el radio de daño.
Sin embargo, muchas empresas operan sin permisos actualizados o con vehículos obsoletos. En 2024, la Auditoría Superior de la Federación reportó que solo 60 % de las pipas federales pasan inspecciones debido a la corrupción y sobrecarga de inspectores. El Grupo Tomza, involucrado en Iztapalapa, fue sancionado en 2013 por una explosión en Puebla sin que se revocara su permiso.
La SICT y ASEA, además, carecen de recursos para monitoreo continuo; en zonas urbanas como CDMX, las pipas circulan sin escolta pese a riesgos. Un informe de Greenpeace México destaca que el 40 % de accidentes por pipas se deben a fallas mecánicas no detectadas.
Entre 2020 y 2025, se registraron más de 200 accidentes con pipas en México, causando 150 muertes. Expertos como el Instituto Mexicano del Transporte recomiendan mayor uso de IA para inspecciones y sanciones más severas, pero la implementación es lenta.
Tragedias provocadas por pipas en Puebla en los últimos años
Puebla ha sido escenario de varios accidentes graves con pipas de combustible en los últimos años, principalmente en la Autopista México-Puebla y zonas industriales. Estos incidentes destacan problemas similares como volcaduras, fugas y explosiones, a menudo vinculados a incumplimientos regulatorios.
El 13 de mayo de 2023, se registró una explosión de pipa de gas LP en la carretera federal Puebla-Tehuacán, cerca de Tecamachalco. El saldo fue de 2 muertos y 15 heridos; el incendio afectó cultivos y viviendas. La fuga fue provocada por la colisión y la pipa no tenía mantenimiento reciente.
El 7 de febrero de 2022, una volcadura de pipa de gasolina en la autopista México-Puebla, a la altura de San Martín Texmelucan, provocó un derrame masivo, muriendo el conductor en el acto y dejando 5 heridos. El exceso de velocidad y sobrecarga ocasionaron el percance, además de violación a la NOM-012. La empresa se hizo acreedora a una multa de 300,000 pesos.
El 19 de agosto de 2021, colisionaron dos pipas, una de diésel y otra de gas, en la carretera Puebla-Atlixco, causando una explosión. El tráfico evento dejo 4 muertos, 20 heridos y daños a 10 vehículos. La falta de distancia de seguridad y conductores sin capacitación federal. ASEA clausuró temporalmente la ruta.
El 15 de junio de 2020, hubo un derrame de pipa de gas en la Autopista Puebla-Orizaba, cerca de Tehuacán. El incidente provocó heridas leves en ocho personas, cuando se presentó una falla en la válvula, incumpliendo la norma NOM-068.
El 3 de noviembre de 2019, se presentó una explosión en la planta de distribución de Grupo Tomza en Amozoc. El saldo fue de 7 muertos, 30 heridos y destrucción de instalaciones. Fue provocada por una fuga durante la carga de una pipa.
Estos casos suman al menos 17 muertes y cientos de heridos en Puebla desde 2019. La mayoría involucra la Autopista México-Puebla, una ruta crítica para el transporte de combustibles desde refinerías de Pemex. Dentro de los factores fue un mantenimiento deficiente, exceso de carga y falta de supervisión.