
Durante el primer semestre de 2025, el valor sustraído de servicios vinculados a criptomonedas superó los 2.17 mil millones de dólares, según datos publicados por Chainalysis en su actualización intermedia del año. Esta cifra no solo representa un nuevo pico en términos absolutos, sino también un cambio en la dinámica del delito: el volumen fue alcanzado en apenas 142 días.
A diferencia de lo registrado en 2022 —hasta ahora el peor año en materia de robos a servicios cripto—, los atacantes necesitaron 214 días para superar ese umbral. La línea de tendencia correspondiente a 2025 presenta un crecimiento más pronunciado que cualquier otra registrada desde el inicio del monitoreo. Las trayectorias de 2023 y 2024, en contraste, muestran acumulaciones más estables y lentas.
Si la trayectoria actual se mantiene, el cierre del año podría superar los 4.3 mil millones de dólares en fondos sustraídos únicamente desde plataformas centralizadas y otros servicios digitales del ecosistema cripto. Este dato excluye robos realizados a carteras personales.
También, el informe destaca el papel de Corea del Norte en este comportamiento. El ataque a ByBit, atribuido a actores vinculados a ese país, resultó en una pérdida de $1.5 mil millones de dólares, lo cual representa aproximadamente el 69% del total robado a servicios en lo que va de 2025. Este evento individual se convirtió en el mayor robo cripto registrado hasta ahora.
Aunque el informe incluye diversos aspectos del panorama delictivo digital, el énfasis sobre la velocidad en la ejecución de estos delitos se presenta como una novedad relevante. La aceleración no solo incrementa los montos robados en plazos más cortos, sino que también reduce el margen operativo para implementar respuestas, bloqueos o mecanismos de recuperación de activos.
De forma simultánea a este aumento, los delincuentes muestran un patrón constante de pago de comisiones elevadas para mover los fondos. Según el reporte, estas tarifas sobrepasan ampliamente los costos promedio de transacción en cadena. De hecho, la prima pagada respecto al costo base se multiplicó por 14.5 en promedio durante 2025. Ese comportamiento refleja una posible priorización de velocidad sobre eficiencia en los movimientos posteriores al robo.
La diferencia en el nivel de sofisticación entre quienes atacan servicios y quienes vulneran carteras individuales también se destaca en el documento. Aquellos que comprometen plataformas centralizadas suelen utilizar herramientas más avanzadas para el lavado de criptoactivos, incluyendo puentes, mezcladores y conversiones intercadena.
Finalmente, aunque los montos totales y la participación de ciertos actores como Corea del Norte concentran parte de la atención, el dato técnico más llamativo es el acelerado ritmo en el que ocurren los ataques. Desde un enfoque operativo, la velocidad con la que los montos sustraídos se acumulan podría convertirse en una de las principales amenazas para la seguridad del sector cripto durante los próximos meses. (NotiPress)