
Durante una conferencia de prensa, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró haber convencido a Coca-Cola de modificar su fórmula en el país para reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) por azúcar de caña real. “Será una muy buena decisión por su parte, ya verán. ¡Es simplemente mejor!”, escribió en redes sociales, afirmando que los directivos de la empresa aceptaron la propuesta.
El anuncio generó revuelo tanto en los medios como entre productores agrícolas, pero más tarde, la empresa emitió una declaración defendiendo el uso del JMAF, ingrediente que ha sido parte de sus bebidas por décadas en el mercado estadounidense. “Es seguro, ya que tiene aproximadamente la misma cantidad de calorías por porción que el azúcar de mesa y el cuerpo lo metaboliza de forma similar”, indicó Coca-Cola, asegurando que no contiene ninguna sustancia dañina.
"I have been speaking to @CocaCola about using REAL Cane Sugar in Coke in the United States, and they have agreed to do so. I’d like to thank all of those in authority at Coca-Cola. This will be a very good move by them — You’ll see. It’s just better!" –President Donald J. Trump pic.twitter.com/9L27oxlYUj
— The White House (@WhiteHouse) July 16, 2025
Esta polémica llega en medio de discusiones sobre la nutrición en Estados Unidos, donde el JMAF fue cuestionado por figuras como Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud, dentro de su campaña “Make America Healthy Again”. Sin embargo, la Asociación Médica Estadounidense (AMA) señaló que no existe evidencia concluyente para prohibir o exigir advertencias especiales sobre este edulcorante.
El cambio propuesto por Trump no afectaría a la Coca-Cola Light, que utiliza aspartamo como edulcorante. De hecho, durante su primer mandato, Trump instaló un botón rojo en su escritorio para que un mayordomo le llevara una de estas bebidas con hielo cuando él lo solicitara.
Por otro lado, el presidente de la Asociación de Refinadores de Maíz, John Bode, criticó la iniciativa asegurando que el reemplazo del jarabe por azúcar de caña afectaría a la industria manufacturera local, reduciría ingresos agrícolas y provocaría un aumento en importaciones, sin beneficios nutricionales.
Actualmente, la Coca-Cola mexicana se produce con azúcar de caña y se vende en Estados Unidos en presentaciones de vidrio, conocidas por un sabor que muchos consumidores consideran superior.
Además, la discusión sobre su expansión o modificación en el mercado local podría tener implicaciones económicas significativas en una industria valorada en más de 285,000 millones de dólares.