Un jurado del condado de Fulton, en Georgia, otorgó una indemnización de 2.25 millones de dólares a Jessica Ross y Treveon Isaiah Taylor, padres del bebé que fue decapitado durante el parto en julio de 2023. La cifra total es de 2 millones por daños compensatorios y 250,000 por daños punitivos, en respuesta a la difusión no autorizada de imágenes explícitas de la autopsia del bebé por parte del médico Jackson Gates.
De acuerdo con Ross, contrató al doctor Gates por 2,500 dólares para llevar a cabo una autopsia independiente, pero nunca autorizó, ni verbal ni por escrito, la publicación del material. Sin embargo, el médico compartió en su cuenta de Instagram, ahora eliminada, videos que mostraban la cabeza separada del cuerpo del recién nacido. En febrero de 2024, Gates fue declarado culpable por defecto al no responder a tiempo a la demanda civil, y el veredicto cierra el caso legal.
Dr Tracey St. Julian allegedly ripped off a baby's head during delivery
— What's Da Bizness (@whatsdabizness) August 11, 2023
Georgia’s Clayton County alleges the Southern Regional Medical Center attempted to conceal the manner of death of the baby from mother, 20-year-old Jessica Ross, and her boyfriend, Treveon Isaiah Taylor Sr pic.twitter.com/X8muiH10KE
La familia también demandó al hospital Southern Regional Medical Center, donde ocurrió el parto, así como a la obstetra, la doctora Tracey St. Julian. Según los documentos judiciales, Ross, de 20 años y con diabetes tipo 2, solicitó una cesárea mientras el bebé aún mostraba signos vitales. En lugar de ello, fue obligada a pujar durante tres horas a pesar de que se presentó una distocia de hombros, es decir, una complicación en la que el hombro del bebé queda atrapado en el canal de parto.
Durante el intento de parto vaginal, la doctora St. Julian ejerció tracción sobre la cabeza del bebé, lo que causó la decapitación, así como varias fracturas en el cráneo y cara, y la cesárea se llevó a cabo hasta las 23:49 del 10 de julio, cuando ya no había signos de vida fetal. El cuerpo del bebé fue extraído a las 00:11, por lo que, según un informe forense, la muerte fue catalogada como homicidio por fractura cervical causada por “acciones de otra persona”.
El hospital negó su responsabilidad en la muerte del recién nacido, argumentando que el fallecimiento ocurrió dentro del útero. Sin embargo, el informe del forense del condado de Clayton contradice esta versión y los padres denunciaron que fueron disuadidos de solicitar una autopsia oficial, lo que los llevó a recurrir a la evaluación externa que terminó en la exposición pública del caso.
