Durante su reciente visita a Puebla, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue interceptada por un grupo de médicos que, más allá del protocolo, lanzaron una demanda clara: basificación. Años de trabajo bajo contratos eventuales, salarios bajos y sin prestaciones han llevado al personal de salud a un punto límite. La escena, más que un acto aislado, refleja una crisis estructural que golpea a miles de trabajadores del sector salud en Puebla y en el resto del país.
Condiciones de empleo en hospitales públicos
Actualmente, muchos médicos y personal de salud en Puebla trabajan bajo contratos eventuales o temporales, sin base ni estabilidad laboral. Esto significa que sus contratos pueden ser por periodos cortos, con renovaciones limitadas y sin acceso pleno a prestaciones sociales ni seguridad en el empleo. Esta situación genera incertidumbre y afecta la calidad del servicio, pues el personal sufre sobrecarga laboral y falta de incentivos para una atención óptima.
Además, el sector enfrenta serias carencias estructurales: hospitales con infraestructura deteriorada, falta de insumos y medicamentos básicos, insuficiencia de personal en áreas críticas y ambulancias en mal estado. Estas deficiencias agravan la carga de trabajo y el malestar entre los trabajadores, quienes además denuncian que algunas autoridades no han sido removidas pese a su mal desempeño, lo que empeora la crisis operativa.
¿Qué implica la basificación para los médicos?
En términos sencillos, la basificación implica el otorgamiento de una plaza permanente en el sistema público de salud. Esto conlleva derechos laborales completos: seguridad social, antigüedad, vacaciones, aguinaldo, prestaciones por maternidad/paternidad y acceso al retiro, entre otros. En teoría, estos derechos laborales deberían estimular a los trabajadores a dar lo mejor de sí. En la práctica, en hospitales públicos, con base o sin ella, la atención es deficiente.
Actualmente, muchos trabajadores estatales han sido transferidos al modelo IMSS-Bienestar, un esquema federal que, según la teoría, busca estandarizar y dignificar las condiciones laborales en el sector salud. Sin embargo, en Puebla solo una parte del personal ha sido absorbida por este modelo.
La federalización: promesa en curso
Desde 2023, el Gobierno de México ha prometido que todos los trabajadores de salud que estén en condiciones vulnerables serán absorbidos por IMSS-Bienestar. Según el director general de este organismo, Zoé Robledo, este nuevo modelo no solo mejora el salario, sino que ofrece bonos e incentivos especiales a médicos que acepten laborar en zonas rurales o de alta marginación.
En abril de 2025, Puebla recibió a 133 nuevos especialistas, distribuidos en 18 hospitales del estado. No obstante, muchos de los médicos locales argumentan que la prioridad debe ser primero regularizar a quienes ya están trabajando en condiciones precarias.
Actualmente, no se conoce el número exacto de médicos que faltan en Puebla para ser basificados, pero se sabe que el gobierno federal y estatal están llevando a cabo un proceso para regularizar a personal médico, de enfermería y paramédico que tienen contratos precarios o temporales y fortalecer la atención médica en el sector público, teniendo como última cifra oficial de 4,000 médicos adscritos.
