Los fans japoneses convierten la admiración en gasto anual millonario

Los fans japoneses convierten la admiración en gasto anual millonario

Foto: FreePik

El fenómeno oshikatsu refleja una transformación en las formas de vinculación social dentro de Japón, donde las relaciones humanas están siendo integradas al mercado mediante productos y servicios. Este término, que designa actividades dedicadas a apoyar a una figura admirada, se ha consolidado en el país al punto de representar un motor económico relevante, con un valor anual estimado en 3,5 billones de yenes, equivalente a 24.500 millones de dólares.

 

Desde su surgimiento en redes sociales hacia 2016, oshikatsu se expandió entre distintos grupos de edad, abandonando el espectro exclusivo de las juventudes. Empresas de marketing y publicidad especializadas han identificado esta práctica como un campo fértil para promover artículos coleccionables, conciertos, y campañas digitales. Entre los productos asociados se incluyen desde CD y carteles hasta eventos donde se comparten momentos con otros fans.

 

Igualmente, este fenómeno no se encuentra aislado. En Japón, también se han desarrollado servicios donde se paga por compañía no sexual, abrazos por tiempo determinado, o incluso citas con acompañantes travestidos. Cada uno de estos servicios ofrece un tipo de alivio frente a la soledad, en un entorno donde numerosos jóvenes no visualizan un futuro enmarcado por vínculos familiares tradicionales. Aquellos trabajadores sin empleo estable o fuera del esquema corporativo conocido como salaryman enfrentan barreras para construir lazos duraderos.

 

Recientes investigaciones, citadas en el artículo de Fabio Gygi publicado por The Conversation el 12 de mayo de 2025, revelan una tendencia en crecimiento hacia el consumo de experiencias emocionales. En lugar de amistades convencionales o relaciones íntimas, se observa una inclinación hacia vínculos construidos a través de interacciones pagadas. La compra de cercanía y validación se convierte en un canal mediante el cual muchos japoneses canalizan sus deseos afectivos.

 

De este modo, el sector terciario ha respondido con una oferta cada vez más amplia de opciones destinadas a suplir carencias emocionales. Empresas que permiten alquilar a un amigo por un día o pagar por conversar durante una cena representan una nueva forma de intercambio económico basada en la afectividad. Oshikatsu se inserta en este esquema al conectar emocionalmente a los consumidores con figuras públicas, muchas veces a través de campañas autogestionadas y plataformas sociales.

 

La encuesta más reciente realizada por CDG y Oshicoco indicó que el gasto promedio anual en actividades relacionadas oshis asciende a 250.000 yenes, equivalente a 1.736 dólares. A diferencia del consumo convencional, este tipo de gasto responde a una necesidad de conexión simbólica con personas admiradas, reforzando la percepción de pertenencia a una comunidad.

 

Por otro lado, compartir actividades vinculadas a este fenómeno permite la creación de nuevos lazos entre aficionados. Participar en actos colectivos de adoración a ídolos no sólo fortalece el vínculo con la figura admirada, también crea espacios de encuentro entre seguidores. Así, el fenómeno se convierte en un eje mediante el cual se reorganizan las formas de relación interpersonal en la sociedad japonesa contemporánea.

 

Este panorama sugiere un entorno donde la intimidad, la validación personal y la pertenencia comunitaria encuentran un canal de expresión a través del mercado. En este contexto, la economía emocional no sólo impacta en las cifras del consumo, sino que también redefine el modo en que las personas interactúan y construyen su identidad dentro de una estructura social cambiante. (NotiPress)

Notas Relacionadas