
Los corralones de vehículos en México son lugares destinados al resguardo temporal de automóviles que han sido remolcados por diversas razones, como infracciones de tránsito, accidentes, abandono en la vía pública o aseguramiento por parte de autoridades ministeriales.
Su función principal es custodiar los vehículos hasta que sus propietarios regularicen su situación legal o administrativa. Sin embargo, entre los cobros abusivos de muchos de ellos, las denuncias por desvalijamiento de las unidades por el robo de autopartes y hasta refacciones, y otras irregularidades, se ha creado una especie de repudio hacia este tipo de lugares.
Los corralones, también conocidos como depósitos vehiculares, operan bajo la supervisión de autoridades estatales o municipales, y en algunos casos, son administrados por concesionarios privados. Su objetivo es garantizar la seguridad y custodia de los vehículos mientras se resuelve su situación legal.
Eso es en la teoría, pero en la práctica, muchos propietarios enfrentan obstáculos significativos para recuperar sus unidades. Se han reportado casos donde los conductores prefieren abandonar sus vehículos debido a las altas cuotas económicas, trámites burocráticos y presuntos actos de corrupción en las instancias que ordenan el aseguramiento, ya sea autoridades de Vialidad, o la Fiscalía General del Estado.
Recientemente, el Gobierno del Estado de Puebla dio a conocer una cifra alarmante, pero que la gran mayoría ya sospechaba, y es que de 117 corralones que operan en la entidad, solo 17 cuentan con documentos en regla y operan legalmente… ¿y los 100 restantes?
#ParaSaber ????
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) May 7, 2025
El @Gob_Puebla informó que solo 17 corralones operan con todos los requisitos, luego de una revisión a 117 registrados ante la Secretaría de Movilidad.
????⬇️ Imagen aerea del corralón ubicado en Periférico Ecológico. pic.twitter.com/t94x63zYR0
Entonces, no parece extraño que se haya documentado, por parte de algunos usuarios afectados, las irregularidades en el funcionamiento de estos lugares.
Se han denunciado casos en los que los vehículos son desmantelados mientras están bajo resguardo. Los trabajadores son señalados de robarse las autopartes de vehículos en corralones, incluyendo llantas, estéreos y computadoras.
Otros carecen de instalaciones adecuadas, iluminación y vigilancia, lo que facilita el robo de autopartes y no solo eso, sino el deterioro de los vehículos.
Por si fuera poco, los propietarios enfrentan procesos burocráticos complicados y en ocasiones, deben pagar cuotas elevadas para recuperar sus vehículos, lo que ha llevado a algunos a mejor abandonarlos porque “sale más barato”.
Ahora, ¿qué sucede con las autopartes robadas?
Las autopartes sustraídas de vehículos en corralones suelen ingresar al mercado negro, donde se venden a precios reducidos. En Puebla capital, este tipo de autopartes son comercializadas en la zona de la 46 Poniente o en mercados, como el Unión o Independencia, en el norte y sur de la ciudad, respectivamente.
Las principales quejas en los corralones de vehículos, tanto en Puebla como en otras partes del país, incluyen:
Cobros excesivos: Tarifas elevadas por arrastre, custodia y estancia, muchas veces superiores a lo que marca la ley o sin desglose claro.
Desvalijamiento: Vehículos que entran completos y al salir presentan faltantes como llantas, baterías, estéreos o partes del motor.
Daños al vehículo: Golpes, vidrios rotos o rayones que no estaban al momento del ingreso.
Falta de información: Trámites confusos, falta de claridad sobre requisitos para recuperar el auto o mala atención del personal.
Largos tiempos de espera: Procesos burocráticos que retrasan la liberación del vehículo incluso después de cumplir con todos los requisitos.
Falta de vigilancia y seguridad: Instalaciones en mal estado o sin cámaras, lo que facilita robos.
Corrupción: Exigencia de pagos "extraoficiales" para agilizar trámites o evitar multas adicionales
¿Cómo protegerse y qué exigen los ciudadanos?
Ante esta problemática, expertos y organizaciones civiles recomiendan solicitar un inventario detallado del estado del vehículo al momento de su ingreso al corralón; reportar cualquier anomalía o acto de corrupción ante las autoridades competentes; inspeccionar minuciosamente el automóvil para detectar posibles faltantes o daños, una vez recuperada la unidad.
Sin embargo, otra demanda de la gran mayoría es la supervisión y regulación de los corralones, así como sanciones efectivas para quienes incurran en prácticas ilegales dentro de estos espacios.
Si bien algunos corralones cumplen una función esencial en la gestión vehicular, se deben abordar las irregularidades y actos de corrupción que afectan a los propietarios.