
Con la intención de mejorar la salud, cada vez más personas deciden reducir o eliminar el azúcar de su dieta. Pero, según explica la inteligencia artificial, no todo lo que llamamos "azúcar" es igual, ni suprimirlo por completo es tan sencillo ni recomendable.
La glucosa, fructosa, galactosa, lactosa, sacarosa o maltosa son formas de azúcar presentes de manera natural en frutas, lácteos, verduras o cereales. El problema está en el azúcar añadido o artificial, presente en productos procesados como dulces, aderezos o gaseosas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de azúcares libres no debería superar 10 % del total de calorías diarias, es decir, unos 50 gramos al día para un adulto promedio. Este tipo de azúcar no aporta más que calorías vacías y está asociado con problemas como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y caries dentales.
La inteligencia artificial asegura que eliminar completamente el azúcar es imposible, esto debido a que los carbohidratos, presente en pan, arroz, frutas o verduras, se transforman en glucosa, que el cuerpo necesita como fuente primaria de energía.
Lo que hacen la mayoría de las dietas "sin azúcar" es enfocarse en cortar el consumo de azúcar artificial, no el natural.
Reducir su ingesta, según especialistas, puede traer beneficios como pérdida de peso, mejora en la piel, menor riesgo cardiovascular y prevención de enfermedades metabólicas. Sin embargo, se puede experimentar de dolores de cabeza, irritabilidad, fatiga, sudoración, dificultad para dormir y problemas de concentración.