
Una nueva investigación publicada en el American Journal of Preventive Medicine vincula a los alimentos ultraprocesados con un mayor riesgo de muerte prematura por cualquier causa. Además, advierte que estos productos están cada vez más presentes en las dietas modernas.
Según el análisis, más de 70 % del suministro alimentario en países como Estados Unidos está compuesto por este tipo de productos, entre los que se encuentran carnes procesadas, bebidas azucaradas, cereales industrializados, helados, galletas y muchos otros productos que, aunque son atractivos para el paladar, podrían estar acortando la vida de millones de personas.
De acuerdo con la clasificación NOVA, los alimentos ultraprocesados no son simplemente alimentos con aditivos, sino creaciones industriales compuestas en su mayoría por sustancias derivadas de ingredientes alimentarios y aditivos cosméticos, pensadas para imitar o intensificar sabores, colores y texturas, pero con escasa o nula presencia de alimentos frescos.
Con una muestra de 239,982 personas de entre 30 y 69 años en ocho países, el estudio encontró que por cada 10 % de aumento en las calorías provenientes de este tipo de alimentos, el riesgo de fallecimiento prematuro aumenta en un 2.7 %. Asimismo, los datos muestran una relación a mayor proporción de calorías ultraprocesadas, mayor probabilidad de morir antes de tiempo.
En Estados Unidos, se estimó que entre 2017 y 2018 unas 124,100 muertes estuvieron relacionadas con este consumo, mientras que los opioides como el fentanilo causan 70,601 muertes al año.
Los porcentajes de mortalidad de estos productos van desde 4 % en Colombia hasta casi 14 % en EU y Reino Unido, mientras que México y Chile se situaron en 6 %, Brasil registró 5 %, y Australia y Canadá el 10.9 %.
Los investigadores advirtieron que estas cifras deben ser tomadas como una llamada urgente a los gobiernos para promover políticas públicas que limiten el acceso a los ultraprocesados, mejoren el etiquetado nutricional y fomenten el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados.
Aunque no es la primera vez que se asocia el consumo de ultraprocesados con problemas graves de salud, este estudio reafirma su impacto a gran escala. Estudios anteriores ya los habían vinculado con enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer, deterioro cognitivo y problemas de salud mental.