
La posible participación de Angelo Becciu en el próximo cónclave generó tensiones en la quinta congregación general de cardenales que se celebra hoy. El papa Francisco, quien falleció hace una semana a los 88 años, le retiró los privilegios de purpurado tras su implicación en un escándalo financiero por el que fue condenado, aunque Becciu insiste en que mantiene su derecho a formar parte de la elección del nuevo pontífice.
Durante las primeras reuniones, el secretario de Estado, Pietro Parolin, mostró dos cartas supuestamente firmadas por Francisco, en las que se indicaba que Becciu no debía participar en el cónclave. Sin embargo, esta información no fue confirmada oficialmente, por lo que el propio Becciu asegura que el papa había resuelto a su favor la cuestión, lo que llevó a que los cardenales voten en secreto si permitir su ingreso a la Capilla Sixtina.
Por su parte, el cardenal Fernando Filoni reconoció el "sufrimiento" que esta situación ha causado, mientras que Giuseppe Versaldi calificó a Becciu como "una persona estimable", pero advirtió que ello no lo exime de su culpabilidad.
???????? | El primer conflicto del cónclave: el cardenal empeñado en asistir, aunque el Papa Francisco se lo prohibió.
— Alerta Mundial (@AlertaMundoNews) April 22, 2025
Francisco destituyó a Angelo Becciu en 2020 por un fraude financiero y le despojó de los derechos como cardenal. Entre ellos, entrar al cónclave. Pero se presentó hoy… pic.twitter.com/ArSPpRPZdI
A pesar de la controversia, Becciu continúa asistiendo a las congregaciones junto a los otros 251 cardenales, de los cuales 134 tienen derecho a voto en el cónclave por ser menores de 80 años. Con 76 años, Becciu fue condenado a cinco años y medio de prisión por irregularidades financieras, lo que pone en duda su elegibilidad para participar.
Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, consideró en una entrevista que lo más apropiado sería que el propio Becciu renunciara a asistir al cónclave, señalando que no debería formar parte del proceso.
Aunque en 2020 Francisco le quitó los derechos asociados al cardenalato, algunos analistas aseguran que no hubo una voluntad explícita de excluirlo del cónclave ni una solicitud formal de renuncia. "El papa reconoció mis prerrogativas como intactas", defendió Becciu en declaraciones para los medios.
El escándalo que rodea a Becciu surgió a raíz de la compra de un edificio en Sloane Avenue, Londres, y de supuestas donaciones indebidas a una asociación vinculada a la Cáritas de su localidad natal, dirigida en ese entonces por su hermano. Además de la condena de prisión, se le impuso la inhabilitación perpetua para ejercer cargos en la Santa Sede.