
La hipertensión arterial representa un desafío de salud pública que no distingue entre tipos de cuerpo. Aunque suele asociarse con el sobrepeso, también se manifiesta en personas delgadas, quienes pueden desarrollar esta condición por diversos factores clínicos.
Durante una entrevista, la cardióloga Rafaelina López explicó que la hipertensión esencial constituye la forma más frecuente de esta enfermedad. En estos casos, no se identifica una causa concreta, pero se relaciona con desequilibrios acumulados a lo largo de la vida, como la falta de actividad física o el consumo excesivo de sal y grasas.
Según la especialista, tener una contextura delgada no excluye la posibilidad de presentar niveles elevados de presión arterial. "Una persona delgada puede tener hipertensión ya sea por la causa más frecuente, que es aquella que no tenemos establecida, como en la hipertensión esencial, ya sea por llevar una dieta rica en sal, con aumento de las grasas, también por no hacer ejercicio", indicó la cardióloga.
Además, López detalló que existen otras condiciones médicas subyacentes que pueden provocar hipertensión en personas sin exceso de peso. Estas incluyen enfermedades renales, alteraciones hormonales y anomalías congénitas las cuales aumentan la probabilidad de desarrollar este trastorno incluso en edades tempranas.
Igualmente, las declaraciones de la especialista se enmarcan dentro de una realidad epidemiológica preocupante: entre el 20% y 40% de los adultos en las Américas presentan hipertensión. Se estima que unos 250 millones de personas en la región viven con presión arterial elevada, lo cual se traduce en un riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares.
En muchos casos, las personas desconocen que tienen hipertensión porque no presentan síntomas evidentes. Según López, "la mayoría de las veces la hipertensión arterial es silente, es decir, nos da síntomas, por eso es que es importante que las personas acudan a un chequeo médico para que se le pueda diagnosticar de forma temprana".
Por lo tanto, el monitoreo regular de la presión arterial resulta esencial. La cardióloga mencionó que, para confirmar un diagnóstico, se requieren al menos dos mediciones por encima del valor estándar de 140/90. También recomendó el monitoreo ambulatorio, una técnica que permite detectar casos más sutiles, como la hipertensión de bata blanca, donde los niveles se elevan sólo en presencia del personal médico.
Frente a esta situación, el tratamiento se basa principalmente en cambios de estilo de vida. Llevar una dieta saludable, baja en sal y grasas, ejercicio frecuente, abandono del tabaco, y aumento del consumo de frutas y verduras podría ser beneficioso para la prevención. En caso de ser necesario, se dispone de un arsenal terapéutico para controlar los niveles de presión. (NotiPress)