
El cantante y compositor mexicano de corridos tumbados Junior H declaró recientemente que este género musical era más explícito en años anteriores que las canciones que se escuchan actualmente, y que nadie decía nada, ni mucho menos eran prohibidos.
Esto, después de que en días anteriores el cantante de corridos bélicos Luis R. Conriquez fue abucheado y prácticamente corrido del Palenque de la Feria de Texcoco, después de anunciar que dejaría de cantar sus famosos corridos por reglas impuestas de la administración del lugar.
Los corridos nacieron a principios del siglo XIX, durante la época de la Independencia, y ganaron mucha popularidad durante la Revolución Mexicana, ya que relataban las aventuras de los revolucionarios y pintaban a los generales como héroes míticos, relatando a detalle cada una de sus batallas. De ahí salieron los corridos villistas, dedicados a las hazañas de Pancho Villa.
En los años 30 comienzan a aparecer los primeros corridos que hablan sobre el narcotráfico, como "el Pablote" de José Rosales, canción que narra las vivencias de un capo chihuahuense de principios del siglo XX, así como "Por morfina y cocaína" de Manuel Cuéllar Valdéz y "El contrabandista" de Juan Gaytán, grabados en 1934 y que hablan acerca de un narcotraficante que cayó preso.
Sin embargo, fue en los años 70 cuando los narcocorridos toman mayor relevancia en la interpretación inconfundible de Los Tigres del Norte, con el éxito "Contrabando y traición", escrita por Ángel González en 1972 y que ganó gran popularidad en 1973 al hablar de la famosa Camelia “la Texana”.
Posteriormente hacen su aparición en el escenario musical Los Tucanes de Tijuana, continuando con el legado de los narcocorridos. Incluso una de sus canciones, titulada “El más bravo de los bravos”, provocó el enojo de la policía de esta ciudad fronteriza, ya que la letra de la canción fue dedicada a Raydel López, alias “el Muletas”, lugarteniente de uno de los capos de la célula del cártel de Sinaloa en Tijuana.
En los 90 salta en el panorama el "Rey de los Corridos", Rosalino "Chalino" Sánchez, donde la temática de sus canciones era el narcotráfico, robos y asesinatos. Muchas de sus canciones narraban con detalle los protagonistas y lugares de crímenes reales. Una de sus canciones más emblemáticas fue la de "Alma enamorada", la cual interpretaba cuando fue amenazado de muerte durante su último concierto. Al día siguiente, su cuerpo fue encontrado sin vida cerca de una carretera. Tenía las manos atadas, los ojos vendados e impactos de bala en la cabeza.
Para comprobar si lo dicho por Junior H es verdadero, analizamos la letra de dos narcocorridos interpretados en años anteriores. La primera canción es precisamente la de Los Tucanes de Tijuana, "El más bravo de los bravos", y efectivamente, su contenido es sumamente explícito.
Por ejemplo, en uno de sus párrafos menciona: "Agallas tiene de sobra / Por eso subió de grado / Levanta, ejecuta y cobra / Al que no esté apalabrado / Son órdenes de la maña / Culebras, tengan cuidado / Raydel López no perdona / Nació demasiado bravo".
Y poco antes de terminar la canción, menciona: "Su nombre ya se lo saben / Su apodo es más conocido / Es del cártel de Tijuana / Muletas, cómo has crecido / Las leyes no te hacen nada / Te tienen pavor, mi amigo / Trae un calibre .50 / En su trocona blindada / También su fiel R-15 / Chanate lanzagranadas / Vestido al estilo Rambo / Con dos rayas en la cara".
Otra de las canciones que están consideradas dentro del género del narcocorrido es la de "Pacas de a kilo" de Los Tigres del Norte, la cual narra la historia de un personaje que se ha criado en la sierra y se dedica al negocio del narcotráfico. La letra describe con orgullo y sin remordimientos la vida de un narcotraficante que se jacta de su habilidad para evadir a las autoridades y de su éxito en el comercio ilegal de drogas.
Uno de los párrafos dice: "Los amigos de mi padre / Me admiran y me respetan / Y en dos y trescientos metros / Levanto las avionetas / De diferentes calibres / Manejo las metralletas".
Y continúa la canción, mandando mensajes explícitos como: "Por ahí andan platicando / Que un día me van a matar / No me asustan las culebras / Yo sé perder y ganar / Ahí traigo un cuerno de chivo / Para el que le quiere entrar".
En esencia, los narcocorridos de antes solían ser más explícitos en sus letras, con descripciones directas de violencia, nombres reales de capos y detalles crudos del narcotráfico. Quizás se debía a que había menos regulación y censura en la industria musical.
Actualmente se continúan abordando temas de narcotráfico; sin embargo, tienden a ser más metafóricos o estilizados, en parte por restricciones legales, aunque también hay excepciones, ya que algunos artistas suelen ser muy explícitos en las letras de las canciones.