
Desde 2004, al menos 85 hombres fueron identificados como donantes de esperma "masivos" en Países Bajos, según reveló la Asociación de Ginecólogos Neerlandeses (NVOG). Cada uno de ellos superó el límite legal de 25 hijos por donación, y en algunos casos alcanzan entre 50 y 75 descendientes. Esta situación salió a la luz gracias a una nueva ley vigente desde el 1 de abril, que permite rastrear de forma clara cómo se gestionaron las donaciones en las últimas dos décadas.
La normativa limita la cantidad de hijos por donante y existe desde la década de los 90, pero varios fallos en el sistema permitieron que muchos hombres donaran en distintas clínicas sin control cruzado. Algunas instituciones incluso utilizaron el mismo esperma varias veces sin el consentimiento de las madres, o lo intercambiaban con otras clínicas sin dejar registro.
En 2018, el máximo permitido se redujo a 12 hijos por donante, y actualmente la ley impone un registro nacional obligatorio para donantes y madres, aplicable incluso a casos anteriores a 2004, cuando se prohibieron las donaciones anónimas. Según la fundación Donorkind, que defiende los derechos de los hijos nacidos por donación, unos 3,000 niños tienen más de 25 medio hermanos.
Uno de los casos más notorios es el de Jonathan Meijer, un hombre de 43 años que admitió haber tenido al menos 550 hijos. En 2023, un tribunal le prohibió seguir donando y le impuso una multa de 100,000 euros por cada nuevo nacimiento vinculado a su esperma, alegando que los niños podrían tener un impacto sicológico negativo.
Además, también se dieron a conocer escándalos anteriores a 2004, en los que al menos diez ginecólogos utilizaron su propio semen sin informar a las pacientes. Entre ellos se señala a Jan Karbaat, con 81 hijos confirmados, y Jan Wildschut, relacionado con al menos 47 nacimientos.