
Los llamados aranceles recíprocos de Estados Unidos causarán enormes daños a los países en desarrollo y podrían desencadenar una crisis humanitaria, declaró el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, durante una conversación con la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala.
Durante las negociaciones que se desarrollaron el viernes en formato de teleconferencia, Wang y Okonjo-Iweala abordaron la respuesta a los nuevos aranceles de EEUU, la protección del sistema multilateral de comercio y la garantía de la plena implementación del papel de la OMC. El Ministerio de Comercio de China publicó un comunicado tras la conversación en su sitio web el sábado.
"Los aranceles recíprocos de EEUU causarán un enorme daño a los países en desarrollo, especialmente a los menos adelantados, y podrían incluso desencadenar una crisis humanitaria", dijo el titular chino citado en la nota.
La introducción de nuevos aranceles, continuó, "trajo una enorme incertidumbre e inestabilidad al mundo, causó el caos en la comunidad internacional y dentro" del mismo país norteamericano.
A su juicio, los aranceles estadounidenses violan la regla de nación más favorecida, la no discriminación, la consolidación de aranceles y otras reglas básicas de la OMC, así como afectan el orden económico-comercial internacional y socavan las bases del sistema multilateral de comercio.
"Las contramedidas decisivas de China están orientadas no solo a proteger sus propios derechos e intereses legítimos, sino también mantener la equidad y la imparcialidad en la comunidad internacional", resumió el ministro.
El viernes, el Comité de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado chino anunció que se elevarán del 84% al 125% los aranceles a los productos estadounidenses a partir del 12 de abril.
En un principio, EEUU estableció para China un arancel adicional del 34% como complemento al 10% con que gravaba sus productos desde el 4 de febrero y otro 10%, efectivo desde el 4 de marzo, con lo que el gravamen total ascendió al 54%.
Como el gigante asiático respondió con contramedidas, la Administración de Donald Trump fue escalando la tasa: primero, hasta el 104%, luego hasta el 125% y, finalmente hasta el 145%.
Para los productos importados del resto del mundo, EEUU mantendrá una tasa universal del 10%, al menos durante 90 días a partir del 9 de abril, a excepción del acero, el aluminio, los coches y las autopartes, que serán gravados con el 25%.