De acuerdo con la Academia Estadounidense de Neurología, consumir el equivalente a ocho o más bebidas alcohólicas por semana incrementa considerablemente el riesgo de sufrir lesiones cerebrales vinculadas con problemas de memoria y deterioro cognitivo, y en los casos más extremos, este riesgo podría aumentar hasta 133 %.
El estudio fue publicado en la revista Neurology y analizó las autopsias cerebrales de 1,781 personas que murieron con una edad promedio de 75 años. Los resultados revelaron que 50 % de quienes tenían hábitos de consumo excesivo de alcohol presentaban lesiones cerebrales, en comparación con 40 % entre quienes no bebían.
Incluso, tras considerar factores como la edad, el tabaquismo o la actividad física, los investigadores hallaron que los alcohólicos empedernidos tenían un 133 % más de probabilidad de sufrir lesiones vasculares cerebrales como la arteriolosclerosis hialina, mientras que los exbebedores de alto consumo mostraron un riesgo elevado de 89 %.
Esta afección daña los pequeños vasos sanguíneos del cerebro y puede reducir el flujo sanguíneo, lo que resulta en un daño progresivo. A esto se suma un vínculo entre el consumo elevado de alcohol y un aumento en los ovillos neurofibrilares, que son los marcadores asociados con el alzhéimer. Los consumidores frecuentes tuvieron 41 % más de probabilidad de desarrollar estos biomarcadores, mientras que en los exbebedores de alto consumo el aumento fue de 31 %.
El estudio también halló que quienes abandonaron el consumo excesivo tenían menos masa cerebral, peores niveles cognitivos y una esperanza de vida reducida en promedio en 13 años frente a quienes nunca bebieron.
Por su parte, el profesor Alberto Fernando Oliveira Justo, autor principal del estudio, señaló que existe una relación directa entre el consumo excesivo de alcohol y signos de daño cerebral con efectos prolongados sobre la memoria y las capacidades cognitivas.
