"Estado Eléctrico", la costosa película de Netflix que terminó en fracaso

"Estado Eléctrico", la costosa película de Netflix que terminó en fracaso

Foto: Netflix

"Estado Eléctrico", producción de Netflix con un presupuesto récord de 320 millones de dólares, ha sido catalogada como uno de los mayores fracasos de la plataforma. A pesar de contar con un reparto estelar que incluye a Chris Pratt y Millie Bobby Brown, y estar dirigida por los aclamados hermanos Russo, la película ha sido recibida con una mezcla de desinterés y frustración, especialmente entre los cinéfilos en redes sociales.

 

Un guion predecible

 

Las primeras impresiones fueron claras. SitoCinema, usuario destacado en X, expresó: "Si me dices que está hecha entera con una IA me lo creo, me he aburrido, no interesa nada, el mundo es feo e insípido, los personajes son una broma y sus diseños también".

 

A pesar de que el CGI ha sido elogiado por su calidad técnica, como se menciona en el comentario de SitoCinema, el hecho de que no haya logrado despertar un interés genuino en la audiencia muestra que el contenido visual por sí solo no es suficiente para cautivar. Además, el guion ha sido uno de los puntos más criticados, describiéndolo como predecible y carente de complejidad.

 

 

Por otro lado, Tito Montoya, también en X, se refirió a la película de forma algo más neutral, calificándola como "entretenida y dominguera". Sin embargo, destacó que la película sigue el tropo recurrente de la "Rebelión de las Máquinas", sin ofrecer algo realmente innovador. Los personajes, interpretados por Millie Bobby Brown y Chris Pratt, fueron igualmente objeto de crítica por no conectar con el público, con muchos opinando que, a pesar de sus interpretaciones competentes, no logran salvar a una película que se siente demasiado familiar y estereotipada.

 

 

A pesar de los esfuerzos por recuperar el espíritu de las películas de aventuras clásicas al estilo Amblin, como lo menciona Marta en su comentario, Estado Eléctrico no logra capturar ese encanto. "Con unos 320M$ de presupuesto, lo nuevo de los hermanos Russo intenta –en vano– recuperar el espíritu aventurero ambliniano y se queda en otra película más de usar y tirar", comentó Marta, reflejando el sentir generalizado de que la película no aporta nada nuevo al género.

 

 

Comparaciones con otras producciones

 

Otro usuario, Javier Cazallas, comparó Estado Eléctrico con The Creator, una película de ciencia ficción dirigida por Gareth Edwards, que, con un presupuesto considerablemente menor de 80 millones de dólares, ha sido mejor recibida tanto por la crítica como por el público. "Gareth Edwards sacó petróleo de 80 millones en The Creator y, en mi opinión, es mejor película en todo", comentó Cazallas, lo que refleja la frustración de muchos sobre cómo una película tan costosa no logró ofrecer una experiencia superior.

 

 

Una película híbrida sin alma

 

La crítica también resalta la falta de alma de la película. Martín Adaro en X señaló que, aunque la película cuenta con un elenco carismático como Millie Bobby Brown, "ni el carisma de #MillieBobbyBrown la salva", agregando que le "sobran 40 minutos". Las críticas coinciden en que Estado Eléctrico se siente como una mezcla de géneros que no termina de encontrar su tono.

 

 

Finalmente, el cinéfilo Alberto Rey no tuvo reparos en calificar la película de forma tajante: "Efectivamente, ‘Estado eléctrico’ es una película de mucho cuidado. Lo de “pero al menos es bonita” TAMPOCO." Para muchos, la promesa de una producción de gran escala no fue suficiente para ocultar los problemas inherentes al guion, la falta de ritmo y los personajes planos, que se percibieron como un lastre en una película que podría haber sido mucho más.

 

 

Los expertos en cine señalan que el problema no solo radica en la película en sí, sino también en la estrategia de Netflix. La plataforma ha apostado por producciones ambiciosas y costosas, pero sin asegurar un impacto significativo en la audiencia. Esto ha llevado a cuestionar si la inversión en "Estado Eléctrico" ha sido rentable, y se ha convertido en un ejemplo de cómo incluso las producciones más caras y con talentos reconocidos pueden fracasar si no conectan con el público.

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