Tumba o cárcel: estas son las graves consecuencias de los retos virales

Tumba o cárcel: estas son las graves consecuencias de los retos virales

Recientemente, ocurrió en Aguascalientes el caso de dos estudiantes de secundaria que fueron intoxicados con clonazepam, por compañeros que presuntamente intentaron replicar un reto viral que circulaba en redes sociales (TikTok), el cual consistía en mezclar medicamentos controlados (clonazepam) con bebidas. En este caso, los responsables vertieron la sustancia en los refrescos de sus amigos sin su consentimiento.

 

El reto viral, aunque aparentemente inofensivo para algunos, puede ser extremadamente peligroso debido a la naturaleza de los medicamentos involucrados, los cuales requieren receta médica y una supervisión adecuada en su consumo.

 

En cuanto a las consecuencias legales, los responsables de este acto se enfrentan a posibles cargos por poner en peligro la salud de otras personas, además de que este tipo de conductas podría derivar en consecuencias penales si se demuestra que hubo intención de causar daño o que los jóvenes actuaron de manera imprudente al mezclar sustancias controladas sin conocimiento del riesgo.

 

Pero vamos por partes. El clonazepam es un medicamento de la clase de las benzodiacepinas, comúnmente utilizado para tratar trastornos de ansiedad, ataques de pánico y ciertos tipos de convulsiones.

 

Su acción principal es la de potenciar los efectos de un neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA), lo que provoca una sensación de calma, relajación y alivio de los síntomas. Sin embargo, cuando este medicamento se utiliza sin la supervisión de un profesional de la salud, los efectos en el cuerpo humano pueden ser peligrosos y hasta fatales.

 

Se trata de una sustancia controlada, lo que significa que su venta y distribución están estrictamente reguladas debido a sus potenciales efectos secundarios y su alta capacidad para generar dependencia. El uso sin receta médica es un comportamiento peligroso que puede tener consecuencias adversas tanto a corto como a largo plazo.

 

Cuando una persona consume clonazepam sin haber sido diagnosticada con una afección que lo justifique, puede experimentar una serie de efectos inmediatos que incluyen somnolencia extrema, mareos, problemas de coordinación y dificultad para hablar.

 

Estos efectos se deben a la acción sedante del medicamento sobre el sistema nervioso central. En situaciones extremas, el abuso puede generar una depresión respiratoria, es decir, una disminución peligrosa de la frecuencia de las respiraciones que puede llevar a un paro respiratorio y la muerte si no se recibe atención médica inmediata.

 

Otro de los riesgos más graves del consumo indebido de clonazepam es la posibilidad de desarrollar dependencia física y psicológica. Al igual que otras benzodiacepinas, el clonazepam tiene un alto potencial de abuso.

 

Si no se recibe tratamiento médico urgente, una sobredosis de clonazepam puede ser letal. El riesgo de sobredosis aumenta significativamente si el medicamento se combina con alcohol o con otras sustancias depresoras del sistema nervioso, como opiáceos o barbitúricos.

 

A menudo, las personas recurren a este tipo de fármacos para aliviar problemas de ansiedad o estrés, o incluso por su capacidad para inducir somnolencia. Sin embargo, la venta y distribución de medicamentos sin receta sigue siendo ilegal y peligrosa.

 

En México, por ejemplo, la Ley General de Salud regula estrictamente la prescripción de medicamentos controlados, como el clonazepam, para evitar su abuso y las consecuencias que conlleva su consumo sin supervisión médica.

 

¿Conocemos las repercusiones legales de ‘hacernos virales’ por un reto?

 

En la era de las redes sociales, los retos virales y las bromas extremas se han convertido en una peligrosa tendencia que pone en riesgo la salud e integridad de muchas personas. Recientemente, un fenómeno ha llamado la atención de las autoridades en México: individuos que, siguiendo un reto viral o por simple entretenimiento, colocan drogas o medicamentos controlados en las bebidas de otras personas, como sucedió en el caso de Aguascalientes y como ha sucedido desde hace ya algunos años.

 

 

A través de estos retos buscan llamar la atención y obtener reacciones inesperadas, muchas veces con fines de entretenimiento o para ganar popularidad. Sin embargo, en ocasiones los participantes llevan las bromas a un nivel peligroso.

 

¿Cuál fue la dosis que colocaron en los refrescos de sus compañeros, estaban conscientes de las consecuencias?

 

La situación es preocupante no solo por el impacto en la salud, sino por las consecuencias legales que estos actos pueden tener para los involucrados. Poner sustancias psicoactivas, como drogas o medicamentos controlados, en las bebidas de alguien sin su consentimiento no es solo una acción imprudente, sino un delito grave que puede tener repercusiones legales severas.

 

Cuando una persona coloca sin permiso drogas o medicamentos en la bebida de otra, se pueden estar cometiendo varios delitos, dependiendo de las circunstancias del caso. En México, los principales delitos que se derivan de estas acciones son las lesiones, y hasta homicidio en caso de que la persona fallezca por la intoxicación.

 

Pero hay otros delitos que se consideran para este tipo de casos, según los especialistas: tráfico y comercialización de sustancias, tomando en cuenta que este tipo de medicamentos se consiguen mediante prescripción médica, y abuso de confianza o fraude.

 

Las penas por estos delitos varían según la gravedad de las lesiones, los daños provocados y las sustancias utilizadas. De acuerdo con el Código Penal Federal, la pena por lesiones graves puede ser de 2 a 6 años de prisión, mientras que en casos de homicidio, las penas son mucho más severas y pueden llegar a ser de 10 a 30 años de cárcel.

 

Y no solo se habla de las sanciones penales, pues quienes participan en este tipo de retos pueden enfrentar responsabilidades civiles, como la obligación de indemnizar a la víctima por los daños ocasionados. En algunos casos, si los daños son irreversibles, como en el caso de un fallecimiento, los responsables podrían verse obligados a pagar altas sumas por el daño material, psicológico y moral causados.

 

Aunque los retos virales han existido durante años, en México las autoridades están comenzando a tomar acciones más contundentes para prevenir este tipo de conductas peligrosas. La Fiscalía y la Policía, por ejemplo, pueden intervenir cuando hay pruebas claras de que se está cometiendo un delito, como en el caso reciente en Aguascalientes.

 

Las redes sociales también tienen un papel importante en la prevención de estos retos peligrosos. Si bien plataformas como TikTok, Facebook o Instagram tienen normas estrictas sobre contenido inapropiado, los retos peligrosos a menudo logran difundirse rápidamente antes de que se pueda frenar su propagación.

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