La pandemia, los antivacunas y el resurgir de viejas enfermedades

La pandemia, los antivacunas y el resurgir de viejas enfermedades

Foto: Freepik

Recientemente, la Secretaría de Salud emitió un aviso epidemiológico debido al aumento de casos de tos ferina y sarampión en varias entidades del país. Una situación preocupante, tomando en cuenta que estas enfermedades habían disminuido significativamente en los últimos años gracias a la vacunación. Pero fue durante la pandemia cuando las cifras de vacunación disminuyeron y, al mismo tiempo, comenzaron a ganar fuerza los movimientos antivacunas, difundiendo información falsa y engañosa a la ciudadanía.

 

Uno de los primeros movimientos antivacunas surgió en Inglaterra en la década de 1790, después de que Edward Jenner desarrollara la vacuna contra la viruela. Algunas personas se opusieron a la vacunación debido a preocupaciones sobre la seguridad y su eficacia, así como a creencias religiosas y filosóficas.

 

En el siglo XIX, los movimientos antivacunas se extendieron por Europa y Norteamérica. En Estados Unidos, por ejemplo, se formó la Sociedad Antivacunación de Nueva York en 1879. Sin embargo, este movimiento comenzó a tomar forma en la década de 1990, con la publicación de un estudio en 1998 que sugería una posible relación entre la vacuna triple vírica (MMR) y el autismo. Aunque el estudio fue posteriormente retractado y desacreditado, la idea de una posible relación entre las vacunas y el autismo ya se había extendido y se convirtió en un tema central del movimiento antivacunas.

 

Durante la pandemia, este movimiento resurgió también en México. Desde el inicio de las medidas de distanciamiento social, grupos y colectivos de activistas cuestionaron los anuncios oficiales y protestaron contra las medidas de confinamiento, difundiendo información errónea en las plataformas de redes sociales.

 

Pronto surgieron teorías conspirativas y desinformación sobre la seguridad y eficacia de las vacunas contra el COVID-19. Algunos argumentos esgrimidos por los grupos antivacunas incluían la creencia de que la vacunación era perjudicial para la salud, que las vacunas contenían ingredientes dañinos y que la inmunidad natural era más efectiva.

 

El grupo "Médicos por la verdad" fue uno de los movimientos antivacunas más prominentes y fue criticado por difundir desinformación sobre la COVID-19 y las vacunas.

 

¿Cómo está impactando en la actualidad a la salud pública en México y el mundo?

 

Los movimientos antivacunas están teniendo un impacto significativo en la salud pública tanto en México como en el resto del mundo. La desinformación y las creencias erróneas sobre las vacunas han llevado a una disminución en las tasas de vacunación, lo que a su vez ha provocado un aumento en los casos de enfermedades prevenibles mediante vacunación.

 

En México, este movimiento ha generado una gran preocupación entre los expertos en salud pública, ya que el país ha experimentado brotes de enfermedades como el sarampión y la tos ferina. La situación se agravó por la pandemia de COVID-19, ya que la desinformación sobre las vacunas contra el coronavirus llevó a una hesitación vacunal entre algunos sectores de la población.

 

A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que los movimientos antivacunas representan una amenaza significativa para la salud pública global. La OMS ha instado a los gobiernos y a los profesionales de la salud a trabajar juntos para combatir la desinformación y promover la importancia de la vacunación para prevenir enfermedades.

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