
El salir de viaje, ya sea por trabajo, emergencia, vacaciones u otro tipo de motivos, genera un gasto para el viajero. Algunos optan por la vía libre, para ahorrar el pago del peaje. Pero hay otros que buscan las carreteras de cuota por la rapidez y por el seguro de viajero.
Este supuesto seguro que otorgan las autopistas de peaje se conoce como Seguro de Usuario de Caminos y Puentes Federales, el cual, en teoría, protege hasta por 2'220,000 pesos en caso de accidente y cubre daños causados a la autopista, a otros vehículos y a peatones, así como gastos médicos y funerarios.
Sin embargo, la realidad es muy diferente. Testimonios de viajeros, que han sido protagonistas de accidentes en carreteras de peaje, acusan que las autoridades ponen todo tipo de pretextos con tal de no cubrir el pago de dicho seguro.
El seguro de viajero que se supone viene con el pago del peaje en las autopistas no es un seguro serio que ofrezca cobertura médica o de responsabilidad civil en caso de accidentes. En realidad, el pago del peaje sólo permite transitar por la autopista durante determinados tramos y tener, también en teoría, ciertos servicios de asistencia en carretera, como ayuda mecánica o transporte en caso de emergencia. Pero los testimonios afirman que ni siquiera en eso cumplen las autoridades.
Y es que la cobertura que ofrecen no es respetada ni cumplida por las autoridades, ya que siempre buscan la manera de eludir la responsabilidad y no hacer efectivo el supuesto seguro de viajero, que cobran con el peaje.
Según CAPUFE, el seguro de viajero no aplica cuando el conductor está bajo los influjos de alguna droga o en estado de ebriedad o cuando maneja a exceso de velocidad. Hasta ahí puede que tenga la dependencia toda la razón en negarse a pagar el seguro.
Lo que no es comprensible es que tampoco hay pago de seguro cuando el accidente es ocasionado por causa directa de algún fenómeno meteorológico: nevada, neblina o lluvia, como si el viajero tuviera bajo su control el clima.
También se nulifica si el vehículo es dañado o vandalizado por huelguistas o personas mal intencionadas que formen parte de algún disturbio, motines o alborotos populares. O por actos por robo o intento de robo, así como de crimen organizado o delictuosos intencionales en los que el usuario participe.
Así que de alguna u otra manera, ese seguro del viajero al que según tiene derecho el usuario al pagar el peaje, es simple y sencillamente una tomadura de pelo.