
Quedar huérfano es una de las experiencias más devastadoras que puede vivir un niño; más allá del duelo y la pérdida, la orfandad conlleva una serie de procesos legales y sociales que determinan el futuro del menor. ¿Quién asume su custodia si no tiene familiares cercanos? ¿Qué ocurre con aquellos que no son adoptados al alcanzar la mayoría de edad?
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 30,000 niños y adolescentes residen en orfanatos en todo el país.
Proceso legal de custodia para niños huérfanos
Cuando un niño queda huérfano, la patria potestad y la guarda y custodia son aspectos fundamentales a considerar. La patria potestad se refiere a los derechos y obligaciones que los padres tienen sobre sus hijos menores, mientras que la guarda y custodia se refiere al cuidado diario y la residencia del menor.
En ausencia de los padres, la patria potestad puede ser ejercida por otros familiares o tutores legales. Según el Código Civil Federal de México, la patria potestad sobre el hijo adoptivo la ejercerán únicamente las personas que lo adopten.
Quién puede asumir la custodia
Progenitores supervivientes o familiares cercanos: Si uno de los progenitores fallece, el otro generalmente asume la custodia. Sin embargo, si ambos fallecen, la custodia puede ser asignada a familiares cercanos como abuelos, tíos o hermanos mayores de edad.
Abuelos: Los abuelos suelen tener preferencia sobre otros parientes para asumir la custodia, siempre que existan causas justificadas para ello, como la ausencia o incapacidad de los padres.
En casos donde no existen familiares directos que puedan asumir la custodia, el Estado, a través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), interviene para garantizar el bienestar del menor. El DIF tiene la facultad de asumir la tutela de los niños en situación de orfandad y buscar alternativas como la adopción o el acogimiento familiar.
¿Qué pasa con los que no son adoptados hasta la mayoría de edad?
Al alcanzar los 18 años, estos jóvenes deben abandonar las instituciones que los acogían, enfrentándose a la vida adulta sin el apoyo de una familia.
Esta transición puede implicar dificultades en términos de acceso a educación superior, empleo y vivienda. Además, la falta de una red de apoyo familiar puede afectar su desarrollo emocional y social.
No obstante, aunque las instituciones gubernamentales no tienen la obligación legal de cuidar a los jóvenes después de los 18 años, algunas organizaciones civiles y asociaciones trabajan para brindarles apoyo, como capacitación laboral, educación financiera y apoyo emocional
Y en algunos casos, se ofrecen becas o apoyo para que continúen sus estudios, lo que puede mejorar sus perspectivas laborales y sociales
En México, existen varias instituciones y organizaciones que brindan apoyo a jóvenes que salen de orfanatos o centros de cuidado. A continuación, se presentan algunas de ellas:
Aldeas Infantiles SOS México:
Esta organización forma parte de la Red Latinoamericana de Egresados de Protección, que busca mejorar las condiciones de vida de los jóvenes egresados del sistema de protección. Proporciona un entorno familiar y apoyo integral para niños huérfanos o abandonados
Pequeños Gigantes:
Esta organización trabaja para generar redes sociales que brinden recursos humanos, materiales y educativos a niños en Casas Hogar, impulsando su desarrollo e integración social.
Comuntia:
Acompaña a jóvenes que egresan de Centros de Asistencia Social, ayudándolos en su transición a la vida autónoma