
¿Sientes que tus aficiones ya no corresponden a las de la gente de tu edad, que prefieres actividades de día que de noche o que te has vuelto más ahorrativo (“codo”) que de costumbre? En efecto, estás en el proceso de convertirte en un “viejoven”.
De acuerdo con el diario La Razón, “viejoven” es un término que hace referencia a una persona que es joven, pero aparenta ser mucho mayor, ya por su aspecto físico, ya por su manera de pensar, de vestir o de comportarse. Es decir, jóvenes de treinta y tantos que aparentan tener más de 50.
Pero por si aún te queda duda de si te estás convirtiendo en un joven de edad más avanzada, aquí te enumeramos las características que tienen todas las personas "viejóvenes".
Siempre te dijeron que parecías mayor
Tus padres, hermanos, tíos y primos te dicen siempre: “pareces mayor”, a veces como halago, pero la mayoría de las veces en son de burla. Y es que cuando eras más pequeño hacías y decías cosas impropias de tu edad. Quizás te fijabas en detalles que para la mayoría pasaban desapercibidos y cuestionabas todas las órdenes que recibías.
Te quejas de todo
En esta característica, te molesta casi todo y así lo demuestras con los demás y contigo mismo. Si eres de los que externan malestar cuando hace mucho frío, si el agua sale muy caliente, o que estoy muy cansado; además, si a veces estás feliz y luego tienes hastío por todo, seguramente ya eres un “viejoven”.
Eres empático
Una cualidad de ser viejoven es que cada vez te resulta más fácil ponerte en el lugar de los demás y entender su situación. Sueles dar consejos de persona mayor, porque has aprendido a ver el trasfondo de las cosas con más facilidad que el resto.
Eres ahorrador
No es que seas una persona tacaña, pero sí que ya miras con lupa el dinero que tienes en tu cuenta del banco. Ya no despilfarras o gastas demasiado en antojos.
No sales mucho por la noche
La fiesta y estar en la calle a altas horas de la noche han dejado de tener interés. ¿Qué excusas pones? Hace mucho frío, no quieres salir porque estás cómodo en tu casa, prefieres ver películas. Si acaso sales por la noche, el regreso será temprano, porque ya está cercana tu hora de dormir.
Te gusta sentarte en cualquier sitio
Lo que antes no te importaba tanto, como por ejemplo ir de pie en el micro o pasarte todo el concierto dando saltos, ahora parece que no te gusta. Aprovechas cualquier mínima ocasión para sentarte a descansar un rato.
Aprovechas los domingos
Cuando te atreves a decir: "me gusta madrugar los domingos para aprovechar el día", en verdad que eres un viejoven. Entre menos trasnoches, mejor para ti. Ahora prefieres hacer planes como salir a pasear o de la siesta de después de comer.
Comes, en vez de hacer el amor
Si te dieran a elegir entre comerte un buen plato o tener sexo, probablemente elegirías la primera. Y ya no hay vuelta atrás cuando piensas que las relaciones sexuales quitan tiempo y esfuerzo y que prefieres estar tranquilo.
Nunca te gustó ser un niño
Tu infancia la recuerdas de manera agridulce. La adolescencia consideras que fue un desastre. Siempre te dijiste que estabas en el lugar y momento equivocado y que no tenías a nadie que tuviera tus mismas ideas. Muchos juegos te parecían aburridos y no les encontrabas sentido ninguno. Te gustaba leer y aprender cosas por tu cuenta, concluye el diario La Razón.