
La eterna batalla entre cinéfilos y cadenas de cine vuelve a encenderse. A pesar de que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha aclarado que no existe una prohibición formal para ingresar alimentos a las salas, la duda persiste: ¿conviene desafiar la dulcería y llevar tu propio menú al cine? En este reportaje, desmentiremos este mito y compararemos los precios de los productos que más compramos cuando vamos al cine, como refrescos, hotdogs, palomitas, dulces y helados, con los costos de estos mismos productos si los compramos fuera del cine.
Costos de alimentos en el cine vs. comprados afuera
- Refresco (600 ml o 1 L):
Si comparamos los precios, el ahorro al comprar fuera del cine es significativo. Un refresco de 600 ml comprado en la calle cuesta entre 20 y 30 pesos, mientras que dentro del cine el precio se eleva a 50 o incluso 70 pesos, lo que significa un gasto extra de hasta 40 pesos. - Hotdog:
En el caso de los hotdogs, un puesto callejero puede venderlos entre 35 y 50 pesos, mientras que en el cine pueden costar entre 60 y 100 pesos (muchos de estos en combo), lo que en este caso podría ser proporcional al costo del alimento más la bebida. - Palomitas de microondas:
Las palomitas de microondas, que pueden adquirirse en supermercados por aproximadamente 20 a 40 pesos por paquete de alrededor de 100 gramos (que generalmente rinde entre dos a tres porciones), contrastan con las palomitas del cine, cuyo precio oscila entre 60 y 120 pesos, con un sobrecosto de hasta 80 pesos (aunque en muchos casos se venden en combo).
#BoletínDePrensa Derivado de la supuesta “lista de alimentos que se pueden ingresar a los cines”, la cual ha estado circulando en redes sociales y en algunos medios de comunicación, la Profeco informa que en ningún momento ha publicado o difundido dicha información a través de… pic.twitter.com/00mFRii98u
— Profeco (@Profeco) February 16, 2025
- Nachos con queso:
Un paquete de totopos de 400 gramos más el queso procesado en el supermercado cuesta entre 60 y 80 pesos, dependiendo de la marca y el tamaño. En cambio, los nachos vendidos en el cine de 200 gramos suelen costar entre 70 y 90 pesos, es decir, más del doble del precio que pagaríamos fuera, debido a las cantidades (aunque muchos de estos se venden en combos variados). - Dulces variados:
Un paquete de dulces o chocolates (aproximadamente 150 gramos) de marcas populares puede costar entre 20 y 40 pesos, dependiendo del lugar de compra. Mientras que en el cine llegan a venderse desde 35 hasta 75 pesos, lo que implica un gasto adicional de hasta 40 pesos. - Helado:
Un helado individual de carrito o tienda de autoservicio puede costar entre 20 y 40 pesos, dependiendo del tipo (paleta, helado en cono, etc.). Dentro del cine se vende entre 40 y 60 pesos, representando una diferencia de hasta 30 pesos.
El mito: ¿Están prohibidos los alimentos en el cine?
En primer lugar, es importante aclarar que no existe ninguna ley que prohíba a los consumidores ingresar con alimentos al cine. Según la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC), los establecimientos de acceso público no pueden obligar a los clientes a consumir exclusivamente sus productos, siempre y cuando los artículos externos no representen un riesgo para la higiene o seguridad del lugar, aunque algunas cadenas optan por aplicar sus propias políticas internas para incentivar a los consumidores a comprar dentro del cine.
Los precios dentro del cine son significativamente más altos en comparación con los alimentos que podríamos comprar fuera de él. Si decidimos llevar nuestra propia comida, el ahorro puede ser considerable, especialmente cuando se trata de refrescos y snacks.
Por lo tanto, si el costo es un factor importante para el consumidor, llevar alimentos de casa puede ser una opción económica. Sin embargo, los clientes deben estar conscientes que al adquirir un boleto para una sala de cine, implícitamente están aceptando que el ingreso de alimentos externos no está permitido, de acuerdo a las políticas de la empresa.