Hace muchos años, una reconocida política declaraba “el pueblo no necesita que su gobierno se queje y culpe a su antecesor; es votado para que mejore la situación, por eso fue elegido, para dar soluciones; para quejarse, ya está el pueblo”. Ironías de la vida: esta declaración describe a la perfección lo que se vive en la capital poblana, bajo el “gobierno” de José Chedraui.
Una administración que ha demostrado cada día que pasa su incapacidad para dirigir el destino de la ciudad, una capital "imparable" de baches, de falta de alumbrado, de inseguridad e incumplimiento de promesas. Chedraui ha dejado en claro que le está quedando grande el paquete y que el alcalde es un neófito que poco o nada ha hecho por los poblanos. Eso sin mencionar que dedica mucha parte de su tiempo a enviar felicitaciones por redes sociales a artistas, mientras la sociedad demanda servicios.
Ante esta indolente actitud, qué pueden esperar los poblanos migrantes que sean deportados y decidan regresar a la capital, si el edil no ha podido resolver las carencias o necesidades de los que ya viven aquí. Chedraui navega en esta tormenta trumpista, con banderas bajas, sin mostrar un dejo de preocupación por aquellos a los que les fue truncado el sueño americano y que su única opción es buscar cobijo en su ciudad.
Y es que el tema de la crisis migratoria que vive el país le compete a los tres órdenes de gobierno. La presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto en marcha el plan estratégico "México te abraza" en el que participan diversas dependencias como el Instituto Nacional de Migración, que apoyará con la carta de repatriación y los traslados, mientras que el Registro Nacional de Población extenderá documentos de identidad como la CURP.
Asimismo, cada persona repatriada recibirá la "Tarjeta Bienestar Paisano", que ofrece 2,000 pesos para cubrir gastos de traslado a sus lugares de origen. Además, el IMSS proporcionará afiliación a los migrantes, que les dará acceso a los cinco seguros: enfermedades, maternidad, riesgos de trabajo, invalidez y retiro por cesantía en edad avanzada y vejez, así como a prestaciones sociales como guarderías.
Incluso, la Secretaría del Bienestar incorporará a los migrantes repatriados en programas sociales como el apoyo económico a adultos mayores, a madres trabajadoras, el programa de reforestación Sembrando Vida, el de prácticas profesionales Jóvenes Construyendo el Futuro y becas escolares.
En tanto, el gobernador Alejandro Armenta ha manifestado en varias ocasiones que su gobierno está preparado para recibir a los migrantes, por lo que ya hay 3,000 casas disponibles por el momento, mientras se planea la construcción de 48,000 viviendas en diversos municipios de la entidad. Además, anunció que hay 2,000 empleos formales disponibles y el sector privado tendría otros 1,000 para la población migrante que desee retornar al estado.
Mientras tanto, el edil José Chedraui parece que no se ha enterado de lo que sucede afuera de su burbuja de cristal. Así como ha dejado en el abandono a la ciudad, hará lo mismo con los migrantes poblanos. Y no se trata únicamente de buenas intenciones y promesas, como lo ha hecho en estos últimos 4 meses, sino de acciones.
El presidente municipal podrá justificar sus "acciones" a través de informes, pero la única verdad la tiene la sociedad, aquellas personas que a diario recorren las calles a pie, las que se suben al transporte público con miedo, aquellos que circulan por las avenidas con el temor de caer en un bache, de las madres angustiadas de que sus hijos pueden ser golpeados a cualquier hora del día. Y la lista es interminable, basta ingresar a la cuenta oficial del alcalde Chedraui para leer todas las quejas.
Por tanto, mientras la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Alejandro Armenta están listos para activar los apoyos a las personas deportadas, el gobierno municipal que encabeza Chedraui está pensando en un anteproyecto para calcular las posibilidades de iniciar una feria de empleo y otras acciones con limitados alcances.
"Grandiosas soluciones" para el tamaño del problema que se avecina. Y a todo eso ¿el que ocupa la silla de alcalde tiene un plan para los deportados? Seguro que no, pues los hechos hablan por sí solos. Pero dice un dicho "no le pidas peras al olmo", pues si a los poblanos que viven en la capital no les ha cumplido con lo mínimo, qué esperanzas que le cumpla a los que regresen.
