Se le viene la noche a la industria automotriz en Puebla debido a las medidas implementadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como parte de su política de proteccionismo económico. Los aranceles trumpistas serán lesivos para una economía, como la poblana, que está sustentada en gran medida en el sector automotor.
Recientemente, el mandatario estadunidense anunció un aumento de aranceles del 25 % sobre todas las importaciones de acero y aluminio, las cuales entrarían en vigor a partir del 12 de marzo. Pero, además, amagó con imponer aranceles a los autos hechos en México.
Estas medidas, sin duda, generan un gran reto para la industria automotriz del país y en especial para la de Puebla, que ya durante varias décadas se ha consolidado como uno de los sectores más importantes de la economía en el estado.
¿Cuáles serían las afectaciones en este sector?
El acero y el aluminio son materiales fundamentales para la fabricación de autopartes, como chasis, motores, transmisiones, suspensiones, entre otros componentes. Por lo tanto, el aumento en los aranceles sobre estas materias primas encarecerá las autopartes importadas, afectando la producción y los costos de los vehículos fabricados en México.
Esto generará un impacto significativo en la industria automotriz, ya que muchas de las autopartes utilizadas en la producción de vehículos se importan de otros países, y el aumento de los costos de estas autopartes reducirán la competitividad de la industria automotriz en el mercado global.
De acuerdo con el secretario general del Sindicato de la Industria Automotriz y Metalmecánica, Rogelio Padilla de León, esta medida impactará en el costo final del vehículo y como consecuencia en el consumidor, desencadenando una serie de acciones negativas, ya que al encarecerse los automóviles hay el riesgo de que las ventas disminuyan, provocando que baje la producción y, en el peor de los casos, las empresa opten por cerrar lo que conllevaría a la pérdida de empleos llevando a desestabilizar el sector.
En el caso de la implementación de aranceles a los autos fabricados en México, impactaría significativamente en las cadenas de suministro, lo que generaría varios efectos negativos, como el aumento en los costos de importación, lo que se reflejaría en un aumento del precio final para el consumidor.
Asimismo, la reconfiguración de las cadenas de suministro generaría retrasos en los procesos logísticos, afectando la capacidad de las empresas para cumplir con los plazos de entrega. De igual manera, afectará la competitividad de las empresas en un mercado cada vez más exigente y dicha medida podría tener un impacto negativo en la economía del país y en especial del estado de Puebla, afectando la creación de empleos y el crecimiento económico.
Ahora, si las armadoras automotrices resuelven trasladar sus plantas de fabricación a la Unión Americana, el impacto sería catastrófico para la economía nacional y local, ya que se perderían miles de empleos directos e indirectos, disminuiría la inversión extranjera, se afectaría a proveedores locales y se generaría una importante pérdida de divisas.
El panorama para la industria automotriz en Puebla es desafiante y compleja, los retos económicos son múltiples y requieren de una respuesta estratégica y coordinada para mitigar sus efectos negativos. La industria automotriz en el estado es un sector clave en muchas economías y su impacto se extiende más allá de la propia industria, afectando a proveedores, empleados y comunidades locales.