En un hecho sin precedentes en la historia del cine español, dos largometrajes empataron en la entrega de los Premios Goya: 'El 47', de Marcel Barrena, y 'La infiltrada', de Arantxa Echevarría.
"La historia de Manolo Vital y la lucha vecinal del barrio barcelonés de Torre Baró, por un lado, y la historia de la agente de la Policía nacional infiltrada en la banda terrorista ETA [acrónimo en euskera de Euskadi Ta Askatasuna, que en español significa Patria vasca y libertad] durante ocho años, por otro, han ganado ex aequo el Goya a la Mejor Película en la 39.ª edición de los Premios Goya. Es la primera vez en la historia de los galardones que se produce un empate en número de votos en esta categoría", comunicó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
El escenario de los Goya se llena de personas felices tras el premio ex aequo para "El 47" y "La infiltrada". #Goya2025 pic.twitter.com/ASsxBmud8a
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Los académicos destacaron también el elenco de ambas películas ganadoras: Carolina Yuste recibió el Goya a la Mejor actriz protagonista, por La infiltrada, mientras que Salva Reina y Clara Segura fueron condecorados con los premios al Mejor actor de reparto y la Mejor actriz de reparto, respectivamente, por El 47. Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez se alzaron el 8 de febrero con el Goya a la Mejor Dirección, por Segundo Premio.
El Goya a Mejor Dirección es para Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez por "Segundo premio". Es el segundo Goya de Isaki que en 2023 ganó el de Mejor Guion Adaptado por "Un año, una noche". Es el primer Goya para Pol Rodríguez. #Goya2025 pic.twitter.com/jhk8qSMw8d
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El premio a la Mejor película iberoamericana recayó en la brasileña Ainda estou aqui (Aún estoy aquí), de Walter Salles, la historia de una madre que trata de rehacer su vida en 1971, en medio de una dictadura militar. Por su parte, el Goya a la Mejor película europea premió a Emilia Pérez, las peripecias de una abogada y un temido líder de un cártel mexicano al que ayuda a desaparecer transformándose en la mujer que siempre había soñado ser.
En la quinta edición de los Premios Goya, en 1991, hubo un empate en la categoría de Mejor Cortometraje, cuando la Academia aún no hacía distinción entre ficción, animación y documental. Los títulos premiados en aquella ocasión fueron Blanco o negro y El viaje del agua.