El mes de febrero, conocido popularmente por el refrán “febrero loco y marzo otro poco”, se caracteriza por su inestabilidad climática. Este año, tras las bajas temperaturas de enero y con el inicio de este mes que ha traído consigo un notable aumento en las temperaturas, así como lluvias y hasta granizadas en diversas regiones del país, reafirman la popular frase.
Febrero es el mes más corto de los 12 que hay en el calendario, con 28 días o 29 durante los años bisiestos, que son cada cuatro. Este mes es conocido por los vientos durante los primeros días, además de cambios bruscos en el clima como tormentas con granizo, periodos que pueden cambiar de calurosos a fríos.
Este comportamiento errático del clima tiene explicaciones científicas que vale la pena explorar.
En México, esta inestabilidad se manifiesta de manera notable. Por ejemplo, en febrero de 2024, se registró el febrero más cálido, con una temperatura 0.80 °C por encima del promedio mensual. Esta tendencia continuó en marzo del mismo año, que también fue el más cálido en registros, superando en 0.73 °C la media habitual.
La explicación científica detrás de estos cambios reside en el encuentro de masas de aire de diferentes características.
Durante febrero y marzo, el hemisferio norte comienza a recibir más radiación solar debido a la inclinación del eje terrestre, lo que provoca un calentamiento progresivo. Sin embargo, aún persisten masas de aire frío provenientes de latitudes más altas. Cuando estas masas de aire frío se encuentran con las más cálidas del sur, se generan condiciones meteorológicas inestables, dando lugar a cambios abruptos en el clima.
Este año, por ejemplo, se prevén lluvias significativas y tormentas eléctricas debido a la interacción de frentes fríos, que traen consigo un clima aún más variable.
El impacto del fenómeno de La Niña
Además, uno de los factores que contribuyen a esta locura climática es el fenómeno de “La Niña”, que se caracteriza por un enfriamiento anómalo de las aguas del Océano Pacífico ecuatorial y oriental. Por ejemplo, comúnmente en el noreste de México, se anticipa una mezcla de calor atípico y frío intenso, lo que podría resultar en oscilaciones térmicas marcadas y episodios de clima severo. Y para el resto del país, este fenómeno puede intensificar la actividad de frentes fríos y aumentar la frecuencia de lluvias y eventos de granizo en ciertas áreas.
Por lo anterior, el dicho “febrero loco y marzo otro poco” no solo describe un fenómeno meteorológico, sino también refleja una percepción cultural sobre la incertidumbre y los cambios inesperados.
A lo largo del tiempo, esta expresión ha sido utilizada para describir situaciones caóticas o impredecibles en diversos contextos sociales.