A causa de las “políticas” cuatroteras de tolerancia y/o complicidad con los narcotraficantes, lo mismo que de la invitación que el anterior Presidente hiciera a centro y sudamericanos de venir a México para cruzar el territorio hacia nuestra frontera norte, y por la permisividad a la intrusión de todo tipo de artículos “made in China” a nuestros mercados…
… los exportadores mexicanos de todo tipo de productos hacia los Estados Unidos están a escasas horas de que Donald Trump haga efectivo su decreto de aplicarles el 25% de aranceles.
Y con ello toda la población resentirá efectos inflacionarios, se debilitará todavía más el escuálido crecimiento de la economía, y provocarán efectos en la paridad peso-dólar, entre otras muchas más calamidades.
Los endebles esfuerzos del llamado “segundo piso” de la 4T no pueden revertir la creciente tendencia del traslado de drogas al consumidor norteamericano, como tampoco hay capacidad para detener las caravanas de migrantes que siguen cruzando nuestro territorio nacional.
Es por eso por lo que la infeliz llegada de AMLO y sus seguidores al poder huele más a concesión y complicidad con la delincuencia que a un real apoyo popular. Sabe más a abandono de las responsabilidades del Estado, lo mismo que a hacer más prósperos y violentos a los narcotraficantes.
En el pecado de 2018, México lleva la penitencia.
Pero hay antecedentes para que esto sucediera:
El discurso ideológico de la Revolución Mexicana se quebró de un solo plumazo: la firma, en 1986, del ingreso al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT).
La liberalización del comercio, la elevación al 70% de las importaciones que ya no requerían de ningún permiso previo.
Esto se dio en medio de descalificaciones norteamericanas que cuestionaron la viabilidad del sistema político de nuestro país, a causa de --decían ellos-- el narcotráfico, la corrupción y la ineptitud del gobierno mexicano.
Así y todo, la firma consolidó al libre mercado.
A partir de ahí, la "vuelta de tuerca" a las políticas de industrialización y sustitución de importaciones puestas en práctica desde los veinte del siglo anterior, enmarcadas en el sonsonete del "crecimiento hacia adentro", para pasar a la "promoción de exportaciones".
Es decir, pasar a las políticas de privilegio de un reducido grupo de industriales --pues el apoyo a los productores agrícolas fue negado-- de "calidad mundial", casi siempre testaferros de foráneos para enriquecerse y empezar a formar el "club del uno por ciento" que desde siempre acapara el ingreso y la riqueza.
Tal fue el inicio de lo que culminará el próximo sábado 1 de febrero. Dentro de pocas horas.
4T, contra las cuerdas
Hoy la suerte está echada. Porque los que ensalzaron a los corruptos, loaron a los asesinos, elogiaron a los ineptos, premiaron a los poderosos, se arrodillaron ante los organismos financieros, encubrieron a los criminales y descalificaron todos los intentos populares de liberación, están contra las cuerdas.
También quienes creyeron continuar burlándose de la bonhomía del pueblo, que siempre perdona, pero nunca olvida; quienes creyeron saquear a la Nación dejando huellas –El Cártel de Andy, Ignacio Ovalle, por ejemplo--; quienes presumieron de manos limpias y demostraron conciencia sucia; quienes tremolaron la doble moral como bandera imbatible…
… quienes confiaron en la hipocresía como la insignia sustitutiva de la moral política; quienes mostraron al mundo una falsa sencillez y se apegaron incondicionalmente a las consignas imperiales aceptando, de facto, convertir a México en “tercer país seguro”, sin recibir retribución alguna…
… todos ellos están perdidos de antemano. Más temprano que tarde, caerá sobre ellos la justicia de la Nación.
Porque, además, quisieron convencernos de que éramos un hato de imbéciles, manipulables por imágenes insulsas de estadistas y mensajes anodinos en sus mañaneras.
Así las cosas, después de una guarapeta de setenta y cinco años, el teporocho del piso de arriba, el que nos quitó el sueño, el que alardeó en infinito que era el único dueño de nuestro destino, vuelve a las andadas, ahora con un mandatario egocéntrico y todopoderoso.
Con Trump de vuelta en la Casa Blanca se avizora un nuevo mundo, donde tendremos que alinear nuestras fuerzas para lograr el comercio justo, el desarrollo del mercado interno, la estabilidad de las familias, el empleo digno, la convivencia en la paz. Todos los rollos interesados de los voceros del sometimiento serán pamplinas, porque ninguno de quienes acompañan a la señora Sheinbaum en su gestión pública están mínimamente capacitados para hacer frente al neoyorquino.
La Administración de México tiene que ser realista cuando finalmente inicien las negociaciones con el gobierno trumpista: debe exigir lo imposible.
Debe sacar todos los arrestos de su historia, fajarse los machos, buscar la justicia negada.
Pero con los bueyes que tenemos, seguro no podremos arar ese pantano en el que nos hundió la 4T.
Así que, ¡apechuguen señores exportadores!
¡A pagar los aranceles de Trump!
Y la sociedad mexicana… ¡a sufrir otra crisis sexenal!
Indicios
Habitualmente, los países cobran aranceles para proteger a sus industrias y actividades agrícolas de la competencia de precios de las importaciones, muchas veces más baratas por estar subsidiadas. Hacia 2021, México protegía sobre todo a sus productores del campo aplicando los más altos aranceles a las importaciones de azúcares (30.2% en promedio), las bebidas y el tabaco (27.3%), productos lácteos (23.2%) y café y té (20.4 por ciento) provenientes de los países con los que México no ha establecido tratados comerciales. * * * Por hoy es todo. Mi reconocimiento a usted que leyó este Índice Político. Como siempre, por supuesto, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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