El Reloj del Apocalipsis avanza un segundo y sitúa al mundo a 89 segundos de su fin

El Reloj del Apocalipsis avanza un segundo y sitúa al mundo a 89 segundos de su fin

Foto: Freepik

El Boletín de Científicos Atómicos anunció que el Reloj del Apocalipsis avanzó un segundo, por lo que ahora estamos a 89 segundos de la medianoche, marcando el momento más cercano a la catástrofe global desde la creación de este indicador simbólico en 1947.

 

De acuerdo con el comunicado, los líderes mundiales no han tomado las medidas que se necesitan para contrarrestar las amenazas que podrían extinguir a la humanidad, como las armas nucleares, el cambio climático y el mal uso de la tecnología emergente. “Este avance de un segundo debe tomarse como una advertencia extrema de que cada momento perdido aumenta la probabilidad de un desastre global”, señalan los científicos.

 

 

Dentro de los principales riesgos que amenazan a la humanidad está la guerra en Ucrania, la cual lleva su tercer año consecutivo y tiene un constante peligro de escalada nuclear, ya sea por accidente o error de cálculo. A este conflicto se le suma el de Oriente Medio, el crecimiento del arsenal nuclear y el fin del control de armamento, pues según los expertos, hay naciones sin armas nucleares que ya están considerando desarrollarlas.

 

Otro aspecto que preocupa a los científicos es el cambio climático, ya que en 2024 dejó un rastro de récords alarmantes en el nivel del mar y la temperatura global, así como un incremento de fenómenos extremos como huracanes, incendios forestales y sequías que afectaron a todo el planeta.

 

La amenaza de las pandemias es un riesgo que persiste con la gripe aviar altamente patógena y la proliferación de laboratorios biológicos sin supervisión adecuada, que incrementan el peligro de escapes accidentales de patógenos potencialmente devastadores.

 

En cuanto al desarrollo tecnológico, los avances en la tecnología de inteligencia artificial son cada vez más grandes y levantan banderas rojas, puesto que podrían facilitar la creación de armas biológicas o ser utilizadas en conflictos armados, donde ya se integraron los sistemas autónomos de selección de objetivos. Además, algunos países están desarrollando armas antisatélites y nucleares para ponerlas en órbita en el espacio.

 

Por último, la propagación de la desinformación y las teorías conspirativas, potenciadas con la inteligencia artificial, las redes sociales y los dueños de las corporaciones erosionan la confianza pública, distorsiona la verdad y hace cada vez más difícil que se emprendan acciones globales frente a la crisis que se avecina.

 

“El mundo está peligrosamente cerca del precipicio. Actuar ahora no es solo necesario, es imperativo”, concluye el comunicado.

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