El 24 de enero marca una fecha clave en el calendario internacional: el Día Internacional de la Educación. En México, esta ocasión nos lleva a sumergirnos en la evolución de nuestro sistema educativo y los cambios que ha experimentado a lo largo de las décadas. Desde la fundación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921 hasta las recientes iniciativas en pro de una educación inclusiva y de calidad, la historia de la educación en el país está marcada por reformas trascendentales.
Principales reformas educativas en México
Desde la creación de la Secretaría de Educación Pública el 3 de octubre de 1921, bajo el liderazgo de José Vasconcelos como su primer titular, el sistema educativo mexicano comenzó a ser centralizado con el objetivo de garantizar la educación en todo el territorio nacional.
Dos décadas después, en 1946, una reforma al Artículo 3° Constitucional, impulsada por el presidente Manuel Ávila Camacho y Jaime Torres Bodet, eliminó el concepto de "educación socialista", dando paso a un modelo basado en principios democráticos y laicos que buscaba fortalecer los valores cívicos.
Durante la presidencia de Adolfo López Mateos, en los años cincuenta, se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), una medida promovida por Torres Bodet que marcó un parteaguas en la equidad educativa al proveer materiales esenciales de la educación a las escuelas primarias.
Entre 1959 y 1970, el llamado Plan de Once Años, también liderado por Jaime Torres Bodet durante su segundo periodo al frente de la SEP, promovió la construcción de escuelas y la capacitación docente, logrando una expansión significativa en la matrícula escolar. Para ello, se construyeron más escuelas, se contrató a más maestros y se crearon institutos de capacitación. Otras de las acciones que se llevaron a cabo fueron: proveer libros de texto gratuitos, ofrecer desayunos escolares, proporcionar ropa para los niños y crear proyectos de apoyo para los padres de familia.
Más tarde, en 1993, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la Ley General de Educación hizo obligatoria la educación secundaria, reafirmando el compromiso del Estado por ampliar la cobertura educativa.
Ya en 2004, bajo la administración del entonces presidente Vicente Fox, la Reforma Integral de la Educación Media Superior introdujo el Sistema Nacional de Bachillerato, permitiendo una mayor armonización entre los contenidos impartidos y facilitando la movilidad estudiantil.
Posteriormente, la Reforma Educativa de 2013, impulsada durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, buscó profesionalizar al magisterio mediante evaluaciones obligatorias y creó el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Sin embargo, este modelo fue derogado en 2019 bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, quien priorizó la educación inclusiva y revalorizó el papel de los maestros, eliminando las evaluaciones obligatorias. En 2025, se anunció una inversión histórica de más de 147,000 millones de pesos en becas e infraestructura educativa, con Delfina Gómez Álvarez como titular de la SEP, destacando la atención a comunidades más vulnerables.
???? No habrá evaluaciones punitivas a maestros: López Obrador. https://t.co/nBWHyaCDr0 pic.twitter.com/FU8KxanTfY
— Once Noticias (@OnceNoticiasTV) March 28, 2019
Calidad educativa: avances y desafíos
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo, la calidad educativa en México sigue enfrentando retos importantes. Informes recientes muestran una disminución en la cobertura de la educación preescolar, que pasó del 79.6 % al 74.1 % a nivel nacional, lo que afecta el desarrollo temprano de habilidades clave en los niños.
Por otra parte, la inclusión de niños migrantes en el sistema educativo ha resultado ser un desafío persistente. Aunque la legislación mexicana garantiza el acceso a la educación sin importar la situación migratoria, muchos menores enfrentan barreras burocráticas y prejuicios que dificultan su ingreso a las aulas.
En contraste, el nuevo gobierno federal ha planteado un camino hacia la modernización con la incorporación de tecnologías digitales y nuevos modelos educativos. No obstante, la efectividad de estas iniciativas está aún bajo evaluación, y habrá que esperar su implementación.
En este contexto, el futuro de la educación en el país dependerá de la capacidad de implementar reformas que no solo se enfoquen en la cobertura, sino también en garantizar aprendizajes significativos para todos los estudiantes.