Cada 23 de enero, el mundo conmemora el “Día de la Libertad”, un momento que trata sobre el valor de uno de los derechos humanos más esenciales. Sin embargo, en un escenario global donde los conflictos bélicos persisten, la represión política crece y las formas de esclavitud moderna siguen afectando a millones, ¿realmente podemos celebrar la libertad en su sentido más amplio?
En muchos países, la libertad de expresión sigue siendo limitada, los derechos fundamentales son vulnerados a diario y miles de personas siguen viviendo bajo regímenes autoritarios o en condiciones de explotación.
En los últimos años, las tensiones geopolíticas han exacerbado los conflictos internacionales, resultando en situaciones donde los derechos humanos y la libertad de las personas se ven severamente vulnerados. En lugares como Ucrania o Palestina, la guerra y la violencia han arrebatado la libertad de miles de individuos, quienes se ven atrapados en un círculo de represión y sufrimiento.
Además, en varias naciones, la censura y la represión de la libertad de expresión han alcanzado niveles alarmantes. Periodistas, activistas y ciudadanos comunes enfrentan persecuciones, arrestos injustos e incluso desapariciones por simplemente expresar sus opiniones o oponerse al poder establecido.
Hoy, en el #DíaMundialDeLaLibertad, reflexionemos sobre el valor de nuestras libertades y lo que significan en nuestra vida diaria. La libertad no es solo un derecho, es la base de todo progreso. ????️ pic.twitter.com/tUl5JPcUxW
— El Enigma (@El_Enigma) January 23, 2025
Por ejemplo, en 2024, según un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en Venezuela cientos de personas resultaron heridas y miles más fueron detenidas simplemente por ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión durante el proceso electoral.
La esclavitud moderna
En pleno siglo XXI, existen formas de esclavitud que, a pesar de estar prohibidas por la ley internacional, siguen presentes en la sociedad. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2021 había 50 millones de personas en situación de esclavitud moderna, incluyendo trabajo forzoso, matrimonio forzado y explotación sexual comercial.
El concepto de libertad también se ve distorsionado cuando hablamos de los prisioneros políticos y los rehenes, quienes son retenidos injustamente sin un juicio justo o legal, con el único propósito de someterlos o hacerlos callar. En diversos regímenes autoritarios, el encarcelamiento de opositores políticos es una herramienta común para desmantelar cualquier amenaza al poder. Estos individuos, que luchan por el derecho a la libertad, se ven silenciados por el aparato represivo del Estado.
En el caso de la información, la libertad también enfrenta desafíos significativos. Con el auge de la tecnología y las plataformas digitales, las herramientas de control y vigilancia han avanzado a pasos agigantados. Gobiernos y corporaciones pueden monitorizar, censurar y manipular la información de manera que afecta la libertad de pensamiento y expresión.
Por lo que, aunque el Día de la Libertad nos invita a celebrar este derecho fundamental, la realidad global muestra que la libertad sigue siendo un privilegio para muchos y una lucha constante para otros. La verdadera libertad solo se alcanzará cuando todas las personas, sin importar su origen, nacionalidad o creencias, puedan vivir sin opresión, sin miedo y con la plena posibilidad de desarrollar su vida según sus propios términos.