Cómo muchos lo saben, el sistema de salud en México es uno de los más deficientes a nivel mundial, aunque las autoridades digan todo lo contrario. La falta de recursos, la desigualdad en el acceso, la corrupción e ineficiencia, la falta de personal médico, una infraestructura deficiente, falta de medicamento y la falta de atención preventiva son solo algunos ejemplos de una serie de problemas que se han convertido en algo muy común, pero que afecta a millones de personas.
El pasado jueves, el Sindicato Fuerza Independiente de Trabajadores de la Salud llevó a cabo una protesta para exigir varios pagos pendientes a personal médico, incluyendo quincenas, días festivos, prima dominical y vacacional. Además, solicitaron la provisión de insumos y medicamentos en hospitales de la Ciudad de México y a nivel nacional.
Para conocer a fondo esta problemática, personal de una de las unidades médicas familiares del IMSS en Puebla corroboraron, para Imagen Poblana, que la realidad está muy lejana de los discursos halagüeños de las autoridades.
"Al menos en esta unidad médica, las condiciones de trabajo son pésimas", aseguró nuestra entrevistada, al tiempo de mostrarnos el mobiliario y las herramientas de trabajo, con las cuales desempeña su labor a diario y son prueba fiel de la falta de mantenimiento.
"Llevamos años con el mismo mobiliario, los equipos de cómputo en ocasiones llegan a fallar y tenemos que hacer los reportes a mano y se nos junta más la gente", aseveró.
Destacó que otra de las problemáticas que enfrenta este centro de salud es la alta demanda de pacientes que a diario acuden a consulta y no hay personal suficiente para atenderlo. Aseguró que durante su turno atiende alrededor de 50 personas diarias, "entre los que ganan ficha y los que tienen cita, yo creo que una cantidad igual se ha de quedar sin ficha".
La falta de medicamentos es una de las mayores problemáticas que enfrenta el IMSS, y que, por más programas o iniciativas que se quieran aplicar, sigue igual o de peor manera, aseveró nuestra entrevistada.
"En el discurso pintan todo de colores muy bonitos, que todo está funcionando bien y no hay problema, pero la verdad es que cada vez estamos peor", afirmó.
Dijo que son constantes las quejas de los pacientes, quienes no pueden surtir su receta y, por consiguiente, tienen que desembolsar dinero que probablemente tenían destinado para otro gasto.
"Te juro que muchos llegan llorando a pedirnos que les consigamos el medicamento, porque es parte de su tratamiento y no tienen recursos. Da pena que no haya sensibilidad, me da tristeza" dijo entre sollozos.
De igual forma, acusó que muchas ocasiones, el personal médico sufre por la falta de insumos para poder cumplir con su trabajo y tienen que ingeniárselas o, de plano, hacen uso de su propio instrumental.
En cuanto al pago de su quincena, aseguró que por el momento no ha habido problema alguno, "ojalá que así siga, ojalá que no se extienda este problema", finalizó.
Con esto se hace notar una vieja problemática que cada vez se convierte en algo cotidiano y, peor aún, se desarrolla con la complacencia de quienes deberían ser los encargados de sacar adelante este sistema de salud, al que alguna vez quisieron comparar con el de Dinamarca.
