Con la llegada de la temporada de enfermedades respiratorias, el país está ante un panorama complejo. El COVID-19, la influenza, la gripe y ahora el metapneumovirus humano comparten síntomas similares, lo que genera confusión entre los pacientes y pone a prueba las habilidades diagnósticas de los médicos. La reciente muerte de un paciente en Puebla debido al virus HMPV plantea un reto para los médicos a la hora de hacer un diagnóstico certero y ofrecer un tratamiento adecuado.
Te interesará leer: No hay motivo para emitir alerta por virus HMPV, dice Salud federal
La doctora Erika Velasco López, médico general, explicó que el proceso para diagnosticar a un paciente comienza con un interrogatorio detallado de los síntomas. “Hay que hacer un cuadro sindrómico. Principalmente preguntamos si tuvo fiebre, malestar general, escurrimiento nasal, dolor de pecho y cómo es la tos: si tiene flemas, de qué color son, y el tiempo de aparición de los síntomas”, detalló.
La profesional de la salud destacó que este análisis inicial permite determinar si se trata de una infección de vías respiratorias superiores, como una gripe común, o de vías respiratorias inferiores, como la neumonía. En este último caso, los síntomas suelen incluir fiebre y tos, junto con lo que se conoce como un síndrome de condensación, que indica una posible acumulación de fluidos en los pulmones.
¿Diagnosticar sin pruebas?
Uno de los puntos más controversiales entre pacientes es si los médicos recetan tratamientos sin esperar los resultados de pruebas específicas. Según Velasco López, en casos donde los síntomas son severos o el paciente presenta defensas bajas, es importante hacer estudios adicionales antes de determinar el origen de la infección.
“Si detectamos que hay un cuadro de defensas bajas, es necesario revisar la saturación de oxígeno. Si hay una baja saturación, dejamos al paciente hospitalizado para realizar estudios más detallados, como un panel viral respiratorio que permita identificar si la infección es viral o bacteriana”, explicó.
Además, los estudios de laboratorio y las radiografías son herramientas clave para confirmar el diagnóstico. “En una radiografía podemos detectar un símbolo de consolidación que nos ayuda a determinar si la infección es viral o bacteriana. Los resultados de laboratorio, como la leucocitosis”, añadió.
El reto de diagnosticar en tiempos de múltiples virus
Aunque podría pensarse que los médicos recetan tratamientos sin hacer un análisis profundo o esperar los resultados de las pruebas, la realidad es distinta. La doctora Velasco López enfatizó que cada paciente es evaluado desde el primer contacto. Siempre iniciando con un interrogatorio detallado para entender los síntomas, su duración y características específicas, lo que permite determinar si es necesario hacer estudios complementarios.
En conclusión, la labor de un médico va más allá del diagnóstico y tratamiento, también consiste en desmontar la idea de que sus decisiones son apresuradas o carentes de fundamento. Gracias a su atención detallada y un análisis minucioso, logran enfrentar con eficacia el reto que suponen los virus respiratorios en la actualidad.