La ciudad de Puebla sin sus barrios sería como una obra de arte sin su contexto histórico y cultural. Estos lugares forman parte integral de la ciudad, dándole una identidad única. Con su rica historia y arquitectura colonial impresionante, la Angelópolis se fundó en 1531 y, desde sus inicios, se desarrolló alrededor de barrios que se convirtieron en el corazón de la ciudad.
A propósito de ello, el pasado fin de semana se desarrolló la primera Feria de los Barrios, con la finalidad de destacar su cultura e historia. La capital cuenta con 14 barrios antiguos y emblemáticos que forman parte de su patrimonio cultural. Surgieron en el siglo XVII y fueron habitados principalmente por indígenas y la clase trabajadora, quienes jugaron un papel fundamental en la construcción y desarrollo de la ciudad. Entre estos barrios, destacan:
El Carmen
Su historia comienza en 1548 con la donación de terrenos para dedicar una ermita a Nuestra Señora de los Remedios. En el siglo XVII, a la orden de los Carmelitas Descalzos se les otorgó el cuidado de la capilla. Sin embargo, a principios del siglo XX, la advocación a la Virgen del Carmen se hizo más popular, por lo que, en 1925, la Virgen fue colocada en el altar mayor. La fiesta de este barrio es de las más tradicionales de la ciudad y se lleva a cabo el 16 de julio.
Analco
Este barrio se fundó a orillas del río San Francisco y su nombre significa "al otro lado del río". Fue el primer asentamiento de la ciudad, cuyos pobladores eran, en su mayoría, indígenas. En 1618 se derribó el primer templo católico para construir la parroquia de Santo Ángel Custodio. En la actualidad, se ha convertido en un sitio comercial que atrae a turistas nacionales y extranjeros.
El Alto
El 16 de abril de 1531, este barrio fue testigo de la misa de la fundación de la ciudad de Puebla, en el sitio donde actualmente se encuentra la parroquia de la Santa Cruz. Aquí llegaron los mixtecos, asentándose en los Altos del Convento de San Francisco, del cual se deriva su nombre. Este barrio nació en los márgenes del río San Francisco y, con el paso del tiempo, llegaron a convivir indígenas, españoles y católicos.
Xonaca
Nació después de la fundación de la ciudad en 1531. Fue uno de los primeros barrios junto con El Alto, Xanenetla, el Barrio de la Luz y el Barrio de Analco. Fue escenario de la batalla del 5 de mayo de 1862. En este lugar se encuentra la Fuente de los Muñecos, la cual fue construida en 1939 y encierra varias leyendas y tradiciones.
La Luz
Alguna vez este barrio formó parte del barrio de Analco. Desde el siglo XVI, se asentaron en este lugar alfareros y vidrieros. Después de la llegada de los españoles, se convirtió en una congregación religiosa, política, económica y social. En este lugar se asentaron españoles, mestizos y aledaños desde el siglo XVII. La iglesia fue construida en la calle de Tepetlapan, que quiere decir "Lugar Junto al Cerro" y se tardó treinta y dos años en edificarse.
Xanenetla
Es uno de los barrios más antiguos, ya que su fundación data del año 1551. Cuenta la historia que sus primeros pobladores fueron indígenas traídos del valle de México y de Tlaxcala, quienes colaboraron en la construcción de la ciudad. Su nombre se debe a la abundancia de xalnenetl, una gravilla ligera proveniente de las riberas del río Almoloya, que, con el tiempo, originó el establecimiento de ladrilleras.
San Antonio
Este barrio se fundó en el siglo XVI, al norte de la ciudad. Según la historia, se cree que la primera piedra de su convento fue colocada en 1591 por franciscanos descalzos. Cuenta la leyenda que aquí se encontraba una cantina donde fue herido en la cara el compositor Agustín Lara. Fue en este lugar donde se estableció la primera zona de tolerancia de la ciudad.
Los Remedios
Este barrio se originó en un arrabal que se estableció a la vera del camino que llevaba a Veracruz. Aquí se construyó una ermita dedicada a Santiago Apóstol alrededor de 1560. Además, la iglesia de este barrio fue un cuartel del general Ignacio Zaragoza durante la batalla del 5 de mayo de 1862.
Los barrios restantes, que también encierran una rica historia y que fueron parte primordial para el crecimiento de la capital poblana, son: el barrio de Santiago, San Pablo de los Frailes, el Refugio, Santa Anita, San Miguelito y San Sebastián.
