Como en las películas: ¿es posible congelar un cuerpo para revivirlo en un futuro?

Como en las películas: ¿es posible congelar un cuerpo para revivirlo en un futuro?

Foto: FreePik

En la búsqueda por vencer a la muerte, la criogenia se ha convertido en uno de los temas más fascinantes y polémicos de la ciencia contemporánea. Popularizada por películas de ciencia ficción, la idea de congelar un cuerpo humano para revivirlo en el futuro parece sacada de un sueño futurista. Sin embargo, detrás de este concepto existe una tecnología real, aunque aún en sus primeras etapas, que genera debates tanto éticos como científicos. ¿Qué implica realmente este proceso? ¿Es viable? Y, sobre todo, ¿podremos algún día devolver la vida a quienes han sido criopreservados?

 

El procedimiento: cómo se congela un cuerpo

 

La criogenia humana, también conocida como criónica, es una técnica que busca preservar cuerpos a temperaturas extremadamente bajas con la esperanza de que puedan ser revividos en el futuro. Este proceso comienza justo después de que una persona es declarada legalmente muerta. El cuerpo se enfría con hielo seco y se administra una solución química conocida como crioprotector, diseñada para evitar la formación de cristales de hielo que podrían dañar las células.

 

El procedimiento de criopreservación se lleva a cabo a temperaturas de hipotermia, preferiblemente inferiores a 10 °C. Una vez estabilizado, el cuerpo se almacena en tanques llenos de nitrógeno líquido a temperaturas de hasta -196 ° C.

 

No obstante, la criogenia no es accesible para todos. Empresas como Alcor Life Extension Foundation, con sede en Estados Unidos, ofrecen la preservación de un cuerpo completo por un costo promedio de 200,000 dólares, mientras que la neuro-preservación que conserva solo el cerebro con un precio de aproximado de 80,000 dólares. Otra empresa destacada, Tomorrow Bio, basada en Europa, maneja tarifas similares.

 

Estos costos incluyen el procedimiento, el almacenamiento a largo plazo y los servicios logísticos necesarios, pero están fuera del alcance de la mayoría de las personas.

 

Criogenia en México: una posibilidad remota

 

En México, la criogenia humana no se practica. Si bien existen servicios relacionados con la criogenización en otros campos, como la limpieza industrial, ninguna empresa ofrece este servicio a nivel humano. Por lo que, las personas interesadas en esta técnica tendrían que recurrir a empresas en Estados Unidos o Europa, lo que incrementa considerablemente los costos debido al transporte internacional y las regulaciones sanitarias.

 

Casos que han hecho historia

 

Uno de los casos más icónicos en la historia de la criogenia es el de James Bedford, un profesor de sicología que fue el primero en ser criopreservado el 12 de enero de 1967. A sus 73 años, Bedford padecía un cáncer renal terminal que se había extendido a sus pulmones. Tras su fallecimiento, su cuerpo fue preservado con la esperanza de que futuros avances médicos pudieran revivirlo y curar su enfermedad. Su cuerpo permanece congelado hasta el día de hoy, casi seis décadas después.

 

En 2015, una niña tailandesa de dos años se convirtió en la persona más joven en ser sometida a criopreservación. La menor padecía un cáncer cerebral que no pudo ser tratado con éxito. Sus padres, ambos científicos, optaron por la criogenia con la esperanza de que en el futuro se encuentre una cura para su enfermedad y pueda ser revivida.

 

Por otro lado, Marvin Minsky, cofundador del campo de la inteligencia artificial, falleció en 2016. Según informes, Minsky había expresado su deseo de ser criogenizado y su cuerpo fue preservado con la esperanza de que los avances futuros en tecnología y medicina permitan su resurrección.

 

A nivel mundial, se estima que alrededor de 500 personas han optado por la criopreservación después de su fallecimiento, con la esperanza de ser revividas en el futuro. Sin embargo, a pesar de los casos documentados, no existe evidencia científica de que estos cuerpos puedan ser revividos en el futuro. El proceso de congelación y los posibles daños celulares hacen que la resucitación sea, por ahora, un sueño lejano.

Notas Relacionadas