En 2025, la inteligencia artificial (IA) se perfila como una de las tecnologías más transformadoras de la historia, no solo por su capacidad de optimizar tareas cotidianas, sino también por su impacto profundo en sectores clave como la salud, la educación, la justicia y el cambio climático.
Sin embargo, a medida que avanzamos hacia este futuro, surgen preocupaciones relacionadas con su implementación, especialmente en países como China, donde recientemente, los programadores que han sido clave en el desarrollo de esta tecnología enfrentan un escenario incierto: la misma IA que crearon ahora reduce la demanda de sus habilidades. Este fenómeno, calificado por expertos como un “parricidio laboral”, evidencia cómo la tecnología está erosionando los límites entre el creador y la creación.
La IA en China: revolución y desplazamiento laboral
En China, empresas como Qingbo lideran el desarrollo de tecnologías basadas en IA, como avatares hiperrealistas que replican a presentadores de televisión con apenas 10 segundos de registro de voz y 5 minutos de video. Estos avances no sólo han reducido costos drásticamente de aproximadamente un millón de yuanes a apenas 5,000 en tres años, sino también la necesidad de una amplia fuerza laboral de programadores.
La automatización basada en IA ya ha desplazado a trabajadores en industrias como la traducción, contaduría y creatividad publicitaria. Para 2025, se espera que esta tendencia crezca exponencialmente en la programación y otros campos tecnológicos. Herramientas como GitHub Copilot, Tabnine y ChatGPT no solo facilitan la escritura de código, sino que eliminan la necesidad de habilidades avanzadas en ciertos casos.
En China, esta transformación ya afecta a miles de ingenieros. Aunque la demanda de programadores no desaparecerá por completo, los expertos advierten que quienes permanezcan en el sector deberán dominar habilidades altamente especializadas y enfocarse en áreas como el desarrollo de IA más avanzada y la seguridad tecnológica.
A pesar de las preocupaciones generalizadas sobre la pérdida de empleos debido a la automatización y la inteligencia artificial, la realidad podría no ser tan negativa como se anticipa. Si bien es cierto que ciertos trabajos serán reemplazados por tecnologías avanzadas, también se espera que surjan nuevos desarrollos que contrarresten este impacto, y que, por el contrario, genere más fuentes de empleo.
Predicciones en avances científicos impulsados por la IA en 2025
De acuerdo al portal BBC, en áreas como la salud, la astronomía, la neurociencia y el cambio climático, la IA será clave para enfrentar grandes desafíos. Por ejemplo, AlphaFold, que ya determinó la estructura de millones de proteínas, permitirá avances significativos en biología molecular y medicina, facilitando el desarrollo de nuevos fármacos y tratamientos.
En tanto, la tecnología ClimateNet ayudará a predecir eventos climáticos extremos con mayor precisión, lo que será fundamental para mitigar el calentamiento global.
Por otro lado, se prevé que la IA se usará para ayudar en diagnósticos médicos y en la toma de decisiones judiciales a través de sistemas híbridos, como los "médicos centauro" y "jueces centauro", donde un humano siempre tendrá la última palabra, pero la IA mejorará las decisiones.
Las empresas tecnológicas estarán desarrollando agentes de IA autónomos que podrán tomar decisiones por nosotros en tareas diarias, como hacer compras en línea, actualizar calendarios o contestar correos electrónicos. Plataformas como AgentGPT y Google Gemini 2.0 estarán al frente de este cambio.
La autonomía humana frente a la IA
La autonomía de los sistemas de IA plantea interrogantes sobre el control humano. Aunque los agentes de IA serán capaces de tomar decisiones de manera autónoma, se discutirá cuándo es necesario mantener la supervisión humana, especialmente en áreas sensibles.
La IA será cada vez más poderosa y omnipresente, ayudando a optimizar recursos y ahorrar tiempo. Sin embargo, también surgirá una dependencia creciente de estas tecnologías, lo que podría afectar la autonomía individual y la capacidad humana de ejecutar tareas cognitivas por sí misma.