Este 26 de diciembre se cumplieron 20 años del tsunami más mortífero de la historia. Un terremoto submarino de magnitud 9.1 sacudió el fondo del océano Índico, frente a la costa de Indonesia, desencadenando un tsunami masivo que afectó a varios países del sudeste asiático y del océano Índico, incluyendo Tailandia, Indonesia, Sri Lanka, India y Myanmar.
El fenómeno causó una destrucción devastadora y pérdidas de vidas humanas sin precedentes. Se estima que más de 220,000 personas perdieron la vida en 14 países, y millones más resultaron afectadas.
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¿Qué es un tsunami y cómo se genera?
Un tsunami es una serie de olas oceánicas de gran altura y energía que se producen debido a la liberación repentina de una gran cantidad de energía en el océano. Esta energía puede ser causada por varios factores, como terremotos submarinos, erupciones volcánicas o deslizamientos de tierra submarinos. Sin embargo, los generadores más comunes de un tsunami son los terremotos submarinos formados en los límites convergentes de las placas tectónicas.
De acuerdo con el Centro Nacional de Datos Geofísicos de los Estados Unidos, más del 80 % de los tsunamis registrados a lo largo de la historia han sido producidos por terremotos.
Los tsunamis tienen normalmente longitudes de onda que superan los 50 kilómetros y pueden alcanzar hasta 1,000 kilómetros. En tal caso, el efecto orbital es constante y vigoroso en cualquier parte del fondo marino, ya que no existen profundidades semejantes en los océanos.
¿México ha tenido un tsunami?
El 28 de marzo de 1787, México vivió un evento devastador con la presencia de un tsunami, causado por un terremoto de magnitud 8.6 que se produjo en la costa de Guerrero y Oaxaca, afectando las costas de ambos estados.
Hace 231 años, en un día como hoy, México tuvo el sismo más grande de su historia. Por las evidencias que dejó el tsunami, se estima que su magnitud fue de 8.6.https://t.co/kXho1BpmGQ pic.twitter.com/cWtvzvBu7X
— SkyAlert (@SkyAlertMx) March 29, 2018
El tsunami fue tan poderoso que llegó a inundar áreas de hasta siete kilómetros tierra adentro en algunos lugares, como Pochutla, hoy Puerto Ángel. La altura máxima de las olas se estima que fue de hasta 20 metros, lo que causó daños significativos en la región.
El terremoto y el tsunami causaron la muerte de al menos 11 personas, aunque el número total de víctimas es desconocido. Además, el evento causó daños significativos en la infraestructura y la economía de la región.
