A menos de una semana para Navidad, los empleados de siete instalaciones de Amazon en Estados Unidos abandonaron sus puestos de trabajo. Su objetivo es negociar con la empresa un contrato con el sindicato que los nuclea.
La Hermandad Internacional de Camioneros (IBT), sindicato que representa a casi 10.000 trabajadores en 10 instalaciones de Amazon en Estados Unidos, indicó que los trabajadores optaron por la medida de fuerza luego de que Amazon ignorase la fecha límite establecida por el sindicato para las negociaciones contractuales. Si bien el sindicato califico el paro como la mayor huelga de la historia de Amazon, la compañía de comercio electrónico aseguró que la medida laboral no afectara sus operaciones durante la temporada navideña.
Hasta el momento, el sindicato no informó ni cuántos empleados participarán en la huelga ni hasta cuándo durará. "Amazon está empujando a sus trabajadores más cerca de la línea de piquete al no mostrarles el respeto que se han ganado", afirmó Sean O’Brien, presidente general del IBT.
Las huelgas iniciaron el jueves 18 de diciembre en siete estaciones de entrega. Estas están ubicadas en el sur de California y en las ciudades de Nueva York, Atlanta, Georgia, y Skokie (Illinois).
De acuerdo con los Teamsters, muchos otros trabajadores están preparados para unirse al paro. Los sindicalistas aseguraron que los empleados en el almacén de Staten Island y en un centro aéreo de la compañía en California también autorizaron huelgas.
Desde Amazon, se desligaron de la situación asegurando que no tienen ninguna relación de dependencia. "Lo que ven aquí son casi enteramente externos, no empleados ni socios de Amazon, y la sugerencia de lo contrario es solo otra mentira de Teamsters", aseguró la portavoz de Amazon, Kelly Nantel.
Además, afirmó que los sindicalistas "no pudieron obtener suficiente apoyo de nuestros empleados y socios y han traído a externos para venir y acosar e intimidar a nuestro equipo, lo cual es inapropiado y peligroso". Cabe resaltar que el modelo de Amazon se basa en la contratación de empresas tercerizadas conocidas como "Socios de Servicio de Entrega", las cuales se encargan de repartir millones de paquetes a diario.
Por su parte, los Teamsters alegan que Amazon controla básicamente todo lo que hacen los conductores y debería ser clasificado como empleador. De hecho, los reguladores laborales de Estados Unidos apoyaron el reclamo del sindicato lo cual hizo que en septiembre Amazon aumentara el salario de los conductores.
Los trabajadores reclaman mejoras salariales como también mejores condiciones laborales, luego de que Amazon se negara a entablar negociaciones. Según declaró el sindicato, la compañía se rehusó a reconocer a los Teamsters como los representantes legítimos de los empleados. Asimismo, la compañía es acusada de disuadir la sindicalización a medida que se acumulan los reclamos por parte de los empleados quienes aseguran enfrentarse a presiones extremas para cumplir con ritmos peligrosamente rápidos.
El rechazo de Amazon se sustenta en el argumento de que sus condiciones laborales y salariales cumplen con estándares competitivos. La firma también acusa al sindicato de intimidar a los empleados para unirse a su causa.
Una temporada poco pertinente para huelgas
Ante la llegada de la temporada navideña, las huelgas pueden tener un impacto significativo en el flujo comercial. Las instalaciones paralizadas son clave para el cumplimiento de los pedidos en una época donde los consumidores dependen de la rapidez y puntualidad en las entregas.
Pero, además, el paro de actividades también puede afectar la imagen de Amazon. Si bien los conflictos laborales que enfrenta la empresa no son nuevos, el escrutinio público y gubernamental podría complicar su estatus de líder en logística y comercio electrónico.