Renombrar colonias y calles, ¿herramienta política o necesidad social?

Renombrar colonias y calles, ¿herramienta política o necesidad social?

Foto: X y Enfoque

En días recientes, en Tultitlán, Estado de México, las colonias Fimesa II y III dejaron de existir. En su lugar, el personal del gobierno municipal colocó nuevos letreros que rezan “Colonia Cuarta Transformación” con calles como “Becas Benito Juárez”, “Tren Maya” y frases célebres del expresidente Andrés Manuel López Obrador como “Me Canso ‘Ganzo’”, las cuales ya fueron descartadas. Aunque la intención oficial es regularizar la zona y brindar certeza jurídica a sus habitantes, no todos están contentos.

 

Vecinos denuncian que nunca fueron consultados sobre el cambio de nombre y temen que esto genere problemas en trámites, servicios e incluso conflictos legales.

 

 

En Puebla, también hay casos de cambio de nombre en colonias y es importante conocer cuál es el proceso correspondiente para llevar a cabo estas modificaciones.

 

¿Qué autoridad define el nombre de colonias y calles?

 

De acuerdo con las normativas locales, este tipo de modificaciones requiere la aprobación del Cabildo Municipal y, en algunos casos, del Congreso del Estado. Sin embargo, ¿se consulta siempre a los ciudadanos?

 

Proceso administrativo

 

En Puebla, el cambio de nombre de una colonia o calle sigue un proceso formal que implica varias etapas.

 

Solicitud formal: el proceso inicia con una solicitud presentada ante el Ayuntamiento correspondiente, donde se exponen los motivos y justificaciones para el cambio de nombre. En ocasiones, se consulta a los ciudadanos o se reciben propuestas por parte de comités vecinales, o asociaciones civiles para sugerir nombres relevantes por su historia, cultura o personajes destacados.

 

Evaluación y dictamen: la solicitud es evaluada por las comisiones municipales pertinentes, como la de Gobernación o la de Patrimonio Cultural, quienes emiten un dictamen favorable o desfavorable.

 

Aprobación del Cabildo: si el dictamen es favorable, se presenta ante el Cabildo Municipal para su discusión y aprobación.

 

Publicación oficial: una vez aprobado, el cambio de nombre se publica en el Periódico Oficial del Estado de Puebla, formalizando la modificación.

 

Este proceso está regulado por el Código Reglamentario para el Municipio de Puebla, el cual establece los procedimientos y requisitos específicos para la modificación de nombres de colonias y calles.

 

¿Es este proceso influenciado por los gobiernos en turno?

 

Aunque el proceso está regulado por el COREMUN de Puebla, en la práctica, los cambios de nombre pueden estar influenciados por las administraciones gubernamentales en turno. Las decisiones sobre qué colonias o calles deben cambiar de nombre suelen responder a las prioridades del gobierno municipal o estatal, lo que puede incluir motivos políticos, de regularización o de mejora de la infraestructura urbana.

 

Cambios de nombres en las calles de Puebla

 

En la ciudad de Puebla, algunos ejemplos de cambios de nombre se han dado a lo largo de la historia. Por ejemplo, la actual 4 Oriente, antes conocida como "Caporala", y la 5 Oriente, que llevaba el nombre de "M. Arista", son algunas de las calles que pasaron a formar parte de un sistema de numeración progresiva implementado a partir de 1917, bajo la presidencia municipal de Manuel B. Montes de Oca.

 

Asimismo, después de la muerte de Maximino Ávila Camacho en 1945, el Ayuntamiento de Puebla decidió cambiar el nombre de la Avenida “Ayuntamiento” para rendirle homenaje, y más tarde, en 1999, el nombre fue nuevamente modificado, esta vez en honor al obispo del siglo XVII, Juan de Palafox y Mendoza.

 

Otro ejemplo es el del Circuito Interior, el cual fue renombrado como Circuito Juan Pablo II en 1979, en honor a la visita del papa Juan Pablo II a la ciudad. Este cambio se llevó a cabo para conmemorar su visita y el impacto significativo que tuvo en la comunidad local.

 

Un caso más fue el de la Avenida Las Torres, cambiando de nombre a Municipio Libre en 2011 con el fin de reflejar la identidad y autonomía local.

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