En México, los números de emergencia son una herramienta vital para salvar vidas y responder a situaciones de crisis. Sin embargo, el mal uso de estos números ha sido un problema persistente a nivel nacional y local. En el estado de Puebla, la situación no es diferente.
Según datos del Centro de Emergencias de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), anualmente se reciben más de 10 millones de llamadas a los números de emergencia a nivel nacional, pero solo el 30 por ciento de estas llamadas son consideradas "emergencias reales", es decir, situaciones que requieren la intervención inmediata de las autoridades.
El resto de las llamadas, más de 7 millones, son consideradas "no emergencias" o "bromas". Esto significa que muchas personas han utilizado los números de emergencia para hacer llamadas innecesarias, como pedir información sobre el clima, hacer bromas o incluso llamadas de venganza.
En el estado de Puebla, la situación es similar, ya que anualmente se reciben más de 500,000 llamadas a los números de emergencia, y solo el 25 por ciento de estas son consideradas "emergencias reales".
El mal uso de los números de emergencia no solo representa un problema de recursos, sino también de vidas humanas. Cuando se reciben llamadas innecesarias, se distrae a los operadores y se retrasa la respuesta a situaciones de emergencia reales. Esto puede tener consecuencias fatales.
Para abordar este problema, se han implementado diversas medidas, como un sistema de verificación de llamadas, que permite a los operadores identificar llamadas innecesarias y priorizar las emergencias reales, así como campañas de concientización para educar a la población sobre el uso adecuado de los números de emergencia. Sin embargo, el problema persiste.
En los últimos meses, la ciudad de Puebla ha sido víctima de las llamadas falsas de amenaza de bomba. Estas llamadas, que pueden parecer inofensivas a primera vista, pueden tener consecuencias graves y causar pánico entre la población.
Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en el primer semestre de este año se han recibido más de 50 llamadas falsas de amenaza de bomba en la ciudad. Las llamadas falsas de amenaza de bomba pueden tener consecuencias graves, como la evacuación de edificios y la interrupción de actividades comerciales y educativas. Además, pueden provocar un gran despliegue de recursos policiales y de bomberos, lo que puede distraer la atención de situaciones de emergencia reales.
Las autoridades han identificado que la mayoría de las llamadas falsas de amenaza de bomba provienen de números de teléfono móvil y que muchos de los responsables son menores de edad. El mal uso de los números de emergencia puede ser considerado un delito y estar sujeto a sanciones, como multas, arresto o incluso prisión. La ley establece que si un individuo hace una llamada falsa o innecesaria a un número de emergencia, puede ser sancionado con una multa y, en casos graves, con arresto.
Es importante que la población sea consciente de las consecuencias del mal uso de los números de emergencia y que se tomen medidas para prevenir este problema, pues hasta la fecha, no se conocen casos en los que se haya detenido o sancionado a los “bromistas”, a pesar de que las autoridades insisten en señalar que tienen identificados no solo los números telefónicos, sino también a quienes hacen este tipo de llamadas.
