Peregrinos sortean peligros y carencias, todo bajo el cobijo de la fe

Peregrinos sortean peligros y carencias, todo bajo el cobijo de la fe

Foto: Enfoque

Algo que caracteriza a muchos mexicanos es la devoción por la virgen de Guadalupe, un símbolo profundamente arraigado en la identidad cultural y religiosa de México, que se remonta al siglo XVI, cuando, según la tradición católica, la Virgen María se apareció al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac, donde se ubica actualmente la Basílica.

 

Y es este lugar donde cada 12 de diciembre millones de fieles peregrinos acuden a visitar el Santuario de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, uno de los lugares de peregrinación más importantes en el mundo.

 

Tal es el caso de Jesús César Aguilera, un poblano con más de 15 años de visitar año con año a la Virgen del Tepeyac, y que a pesar de los peligros que rodean los caminos de la peregrinación de Puebla a México, asegura que no dejará de hacerlo hasta que las fuerzas lo abandonen.

 

Este peregrino dice estar consciente de que hay muchos accidentes y peligros durante el trayecto; sin embargo, afirma que tanto a él como a su familia los protegen su fe y su promesa de visitar a la virgen morena.

 

"Vamos por la fe que tenemos en ir a visitar a nuestra madre y muchas de las veces por una manda y la fe es la que nos acompaña y no tenemos miedo a que nos pase algo y si nos pasa algo, solamente Dios sabe por qué", asevera.

 

El recorrido directo hasta la Basílica de Guadalupe dura tres días y dos noches, tiempo en el cual, todos los integrantes de la peregrinación dejan familia, trabajo y escuela. Sin embargo, Jesús resalta la importancia de esta travesía, ya que están cumpliendo una promesa que hicieron frente a la imagen de la virgen.

 

"Muchas de las veces es la fe y la devoción por ir a ver a la virgen, y perder un día de trabajo no pasa nada, esto se hace una vez al año y no pasa nada faltar un día al trabajo o a la escuela, o dejar un poco de la labor que estamos haciendo por ir a esta peregrinación", asegura.

 

Jesús afirma que este viaje lo emprende sin un solo centavo para gastos personales, comida u otro antojo. Sólo lleva el costo del pasaje de regreso a su lugar de origen o, en ocasiones, para poder hospedarse en algún lugar.

 

Y es que dice que durante el trayecto "existe mucha gente buena" que les ofrece comida, agua, incluso hasta cobijas para cubrirse de las inclemencias del tiempo, sobre todo en esta época que el frío cala hasta los huesos.

 

"Llevo un aproximado de 1,000 pesos, depende las personas que vayan, si yo llevo tres integrantes de mi familia, tengo que pagar sus pasajes, fácil son como 1,000 o 1,500 pesos", afirma.

 

Finalmente, Jesús César refiere que viaja con tres integrantes de su familia, los cuales forman parte de una peregrinación que conforman ocho personas. Todas con la misma fe y distintas mandas que pagar.

 

"Muchas de las veces, nosotros prometemos a la virgen algo, para que nos ayude con un familiar enfermo, algún pariente o a alguien cercano. Esas son las mandas que hacemos nosotros, para ir a visitarla. Yo pido salud para mi familia, mis hijas y mis dos nuevos nietos”, dice Jesús con rostro hierático.

 

De acuerdo con el gobierno de la Ciudad de México, del 9 al 12 de diciembre de 2023, más de 11 millones de peregrinos llegarán a la Basílica de Guadalupe.

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