En la madrugada de este domingo 8 de diciembre, un incendio de gran magnitud consumió una vivienda que almacenaba materiales reciclables a un costado del Periférico Ecológico, en la colonia Loma Bella, al sur-oriente de Puebla. Elementos de Protección Civil Municipal y el cuerpo de Vulcanos trabajaron por más de seis horas para sofocar las llamas y evitar que el fuego se extendiera a las viviendas aledañas.
Sin embargo, el incidente puso en evidencia no solo el peligro de los almacenes informales de reciclaje, sino también las tensiones y desafíos asociados con esta actividad, que, según los vecinos, también representaba un fuerte foco de infección.
En México, miles de familias dependen de la recolección de materiales reciclables como una fuente de ingresos. Durante el segundo trimestre de 2024, la fuerza laboral dedicada a esta actividad ascendió a 138,000 personas, de acuerdo con datos de Data México. Sin embargo, el sector opera mayormente en la informalidad, lo que deja a los trabajadores expuestos a condiciones laborales precarias y con salarios limitados. En promedio, un recolector gana 4,060 pesos mensuales trabajando alrededor de 39.2 horas a la semana.
El perfil de los recolectores refleja importantes desigualdades. 79 % de los trabajadores son hombres, quienes perciben un salario promedio de 4,530 pesos, mientras que las mujeres, que representan el 21 % de la fuerza laboral, ganan en promedio 2,280 pesos. La edad promedio de estos trabajadores es de 45 años, y la mayoría opera en estados como el Estado de México, Ciudad de México y Nuevo León, donde se concentra la mayor fuerza laboral en este sector. No obstante, los mejores salarios se encuentran en Baja California, Oaxaca y Baja California Sur, con ingresos de hasta 10,500 pesos mensuales.
Precios de los materiales reciclables
El ingreso de los recolectores depende de los precios que los centros de acopio pagan por los materiales. Actualmente, el aluminio se paga entre 18 y 25 pesos por kilo, el plástico PET entre 5 y 7 pesos, y el cartón entre 2 y 3 pesos por kilo. Sin embargo, los pequeños recolectores, que suelen vender volúmenes menores, enfrentan márgenes ajustados debido a la intermediación de compradores que pagan menos que las grandes recicladoras.
La informalidad es una constante en este sector. En Hidalgo, 98.3 % de los recolectores opera de manera informal, siendo la entidad con mayor porcentaje en esta categoría, mientras que Zacatecas tiene el menor índice de informalidad, con 21.3 %.
¿Un foco de infecciones y delincuencia?
La acumulación de basura en zonas cercanas a centros de acopio de materiales reciclables no solo genera problemas de salubridad, como infestaciones de ratas y riesgos de infecciones, sino que también está vinculada a preocupaciones de seguridad.
Algunos almacenes de reciclaje no regulados han sido señalados por vecinos como puntos de venta de materiales robados o zonas vinculadas a problemas de seguridad, como el vandalismo. Sin embargo, no todos los recolectores participan en actividades ilícitas, y muchos ven en esta labor una forma digna de sustento. Una regulación adecuada podría mitigar los riesgos delictivos y fomentar un reciclaje seguro y responsable.
El debate sobre si estas actividades fomentan delitos permanece sin resolución. Mientras los recolectores defienden su trabajo como una manera legítima de ganarse la vida, los habitantes afectados insisten en la necesidad de una regulación más estricta para proteger tanto la salud pública como la seguridad en sus comunidades.